¿Estás pensando en hacer un viaje al país vecino? Portugal esconde muchos secretos y ciudades por descubrir. Hoy nos adentraremos en algunas de las visitas imprescindibles de la capital y la ciudad más grande del país luso. Con una posición geográfica privilegiada Lisboa se encuentra ubicada en la desembocadura del río Tajo. La ciudad refleja […]
Dirigentes Digital
| 14 feb 2018
¿Estás pensando en hacer un viaje al país vecino? Portugal esconde muchos secretos y ciudades por descubrir. Hoy nos adentraremos en algunas de las visitas imprescindibles de la capital y la ciudad más grande del país luso. Con una posición geográfica privilegiada Lisboa se encuentra ubicada en la desembocadura del río Tajo. La ciudad refleja de forma fiel la cultura y la vida portuguesa, manteniendo su encanto tradicional sin olvidarse de aportar un toque de modernidad en sus calles. Lisboa es una ciudad cosmopolita que desprende un halo de antigüedad en sus pequeñas callejuelas, concretamente en el barrio de la Alfama, que mantiene el color de sus fachadas y la esencia original del tradicional barrio. El país vecino acoge al visitante con los brazos abiertos, resulta sencillo comunicarse con sus gentes, es cierto que todo es cuestión de paciencia y educación. Uno de los puntos fuertes de Lisboa es su gastronomía, no puedes visitar sin Lisboa sin probar sus deliciosos ‘pasteis de nata’, por toda la ciudad encontrarás confiterías donde degustar este rico postre. La más emblemática y reconocida a nivel internacional es la Casa dos Pasteis de Belem, ubicada en el barrio conocido con el mismo nombre, en el establecimiento se puede ver en vivo como se elaboran diariamente estos postres. En Belem no sólo hay que hacer una parada en esta tradicional confitería, es de obligada visita el Monasterio de los Jerónimos, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1983. Una auténtica joya viviente del estilo arquitectónico manuelino. El rey Manuel I ordeno construir este edificio en homenaje a Vasco de Gama tras su regreso de las Indias. La Torre de Belem, es una antigua fortaleza ubicada estratégicamente es uno de los monumentos más conocidos de Lisboa. Paseando por Belem encontrarás también el Monumento a los Descubrimientos. Otro de los lugares más reconocidos de la ciudad de Lisboa es la Praça do Comercio, abierta y con unas espectaculares vistas del estuario del río Tajo. El Palacio Real estuvo ubicado aquí durante más de 200 años, desafortunadamente el seísmo del año 1755, destruyo el edificio. Lo que hoy se puede visitar surgió de la mente del Marqués de Pombal, político muy influyente de Portugal. Si hablamos de Lisboa, seguro que lo primero que se te pasa por la mente son los reconocidos tranvías amarillos, uno de los medios de transporte más utilizados en la ciudad, que recorren muchas de sus calles. Aportan un encanto especial a la ciudad y te trasladan a otra época. Es recomendable utilizar este transporte para acceder a la parte alta de la ciudad donde se encuentra en Castillo de San Jorge, desde este punto descubrirás una panorámica de la ciudad desde la que se vislumbra la inmensidad del río Tajo. Lisboa es una ciudad que se caracteriza por albergar numerosos museos relacionados con la tradición portuguesa. A la hora de planificar la visita a la ciudad es importante tener en cuenta que tipo de viaje se tiene en mente. El Museo del Azulejo (elemento muy característico en la arquitectura y decoración del país), el Museo del Fado (dedicado a la música tradicional portuguesa) o el Museo de los Carruajes, son sólo algunos ejemplos de la variada oferta cultural de la capital. Por supuesto, degustar el tradicional bacalao elaborado con diversas recetas, es otro de los puntos a tener en cuenta si estás pensando conocer Lisboa. Lo ideal es viajar durante 2 ó 3 días para tener tiempo de descubrir con tranquilidad los secretos que ofrecen sus calles.