En los últimos días, Rajoy ha destacado como su principal acierto en estos cuatro años fue resistirse al rescate del país. Según el presidente por tal decisión se ha podido salvar la crisis sin tocar las pensiones o las prestaciones de desempleo. Es verdad que su Gobierno recibió fuertes presiones para solicitarlo a Bruselas tras […]
Dirigentes Digital
| 27 oct 2015
En los últimos días, Rajoy ha destacado como su principal acierto en estos cuatro años fue resistirse al rescate del país. Según el presidente por tal decisión se ha podido salvar la crisis sin tocar las pensiones o las prestaciones de desempleo. Es verdad que su Gobierno recibió fuertes presiones para solicitarlo a Bruselas tras los rescates de Grecia, Irlanda y Portugal; pero obvia que tuvo que pedir ayuda financiera para rescatar a las cajas de ahorro.
Desde el principio de su legislatura, Rajoy tuvo que lidiar por evitar que la economía colapsara y uno de los motivos que la podía empujar por el abismo era el sistema financiero. Los bancos y cajas escondían en balance una cantidad ingente de activos inmobiliarios depreciados. El Gobierno les obligó a una puesta valor después del hundimiento del mercado inmobiliario que precipitó la intervención en buena parte de las cajas de ahorro. Para el saneamiento Rajoy tuvo que solicitar 60.000 millones a sus socios europeos. Y aunque no fue un rescate como en otros de la totalidad de la economía, si implicaba exigencias muy parecidas como reducción déficit público y un compromiso con reformas estructurales. La "línea de crédito" como fue descrita en su momento por el presidente conllevaba la firma de un Memorándum de Entendimiento.
Todo el Gobierno cerró filas y aseguró que el rescate no iba a costar ni un solo euro. Tres años y medio después, se da por perdido la mitad del rescate, unos 30.000 millones de euros que no se van a recuperar y que van a tener que ser devueltos a Bruselas. El sistema de cajas de ahorro desapareció con el saneamiento forzoso de los activos tóxicos y la única opción que le quedará al próximo Ejecutivo será vender Bankia y BMN por el máximo precio posible para reducir la factura del rescate.
Entre los datos económicos que obvia es que la deuda pública se ha disparado casi al 100% del PIB. Durante la legislatura de Rajoy la deuda ha aumentado en más de 310.000 millones, parte de ella por asumir el rescate del sistema financiero. La deuda asciende nada menos que a 1,053 billones de euros. A parte del rescate el incremento se ha producido para financiar el déficit del Estados y rescatar a las Comunidades Autónomas con fondos de liquidez. Eso sí, Rajoy presume de cumplir con el déficit, pese a las dudas de Bruselas, pero no reconoce públicamente que no se debe a las reformas sino a un mayor crecimiento económico.
También incide en que no se ha bajado las pensiones en su legislatura. No, los pensionistas no han visto reducida sus pensiones, pero aprobó la reforma de las pensiones, que entre otras cuestiones como alargar la vida laboral, desligaba las pagas al IPC y permitía subirlas un 0,25%. Por supuesto, no hace referencia a la delicada situación que deja el sistema de la Seguridad Social. La caída de ingresos provocada por las elevadas tasas de paro ha provocado el déficit durante toda la legislatura. Rajoy ha tenido que echar mano del fondo de reserva por más de 27.000 millones para poder pagar las pensiones.
Rajoy también incide que se ha mantenido el Estado del Bienestar, fundamentalmente al no recortar Educación y Sanidad. Lo cierto es que el Ejecutivo popular metió la tijera en sus primeros presupuestos en 37.000 millones. Además de sacar adelante con su rodillo parlamentario la ley Wert de Educación e introducir el copago sanitario al retirar más de 400 medicamentos de la cobertura de la Seguridad Social.