"El BCE está comprometido a una supervisión bancaria dura, pero justa", explica el instituto emisor, que apunta que "en ocasiones", no sólo se incumplen las obligaciones, sino que incluso se adoptan "acciones deliberadas para ocultar delitos". En este sentido, el BCE reconoce el papel que pueden desempeñar los propios empleados de los bancos, particularmente en […]
Dirigentes Digital
| 14 sep 2015
"El BCE está comprometido a una supervisión bancaria dura, pero justa", explica el instituto emisor, que apunta que "en ocasiones", no sólo se incumplen las obligaciones, sino que incluso se adoptan "acciones deliberadas para ocultar delitos".
En este sentido, el BCE reconoce el papel que pueden desempeñar los propios empleados de los bancos, particularmente en el caso de auditores y empleados encargados del cumplimiento de las reglas por parte de las entidades, puesto que son los que "probablemente tengan conocimiento de un posible delito".
"Los denunciantes que informen al BCE de posibles malas prácticas sirven al interés público y actúan en favor del interés general cuando reportan sus sospechas", señala la institución, que en su papel de supervisor está liderada por la francesa Daniéle Nouy.