Los datos recopilados por Bloomberg y Markit demuestran que el sentimiento del inversor vuelve a ser de máxima prudencia sobre las acciones del gigante asiático. Por ejemplo, las posiciones cortas sobre el mayor ETF de acciones domésticas se han situado en niveles máximos de un año durante cinco veces a lo largo de este mes. […]
Dirigentes Digital
| 31 may 2016
Los datos recopilados por Bloomberg y Markit demuestran que el sentimiento del inversor vuelve a ser de máxima prudencia sobre las acciones del gigante asiático. Por ejemplo, las posiciones cortas sobre el mayor ETF de acciones domésticas se han situado en niveles máximos de un año durante cinco veces a lo largo de este mes. La última vez que las posiciones bajistas eran tan elevadas fue en la previa del fatídico verano que acabó con el ciclo alcista del parqué chino.
En concreto, las posiciones bajistas sobre el CSOP FTSE China A50 ETF aumentaron al 6,1% el pasado 25 de mayo, el nivel más alto desde abril de 2015. Justo dos meses antes de que la renta variable local alcanzase sus máximos, y frente al 1,3% registrado a finales del mes pasado.
Del mismo modo, el nerviosismo también queda patente en otros aspectos. Sin ir más lejos, los contratos de futuros del índice CSI 300 se han desplomado este martes antes de la apertura cerca de un 10%, para recuperarse en menos de un minuto. Un movimiento que el pasado 16 de mayo ya había se había registrado sobre el Hang Seng China Enterprises Index futures en Hong Kong, y que los expertos achacan a la reducida liquidez tras la nueva regulación que desde el pasado verano rige sobre estos contratos de futuros en el país.
A pesar de todo, la Bolsa china ha logrado recuperarse rápidamente del susto, contando a su favor con un informe en el que Goldman Sachs ha elevado del 50% al 70% la posibilidad de que las acciones chinas pasen a formar parte del MSCI, que dará a conocer los resultados su reunión anual de revisión de la clasificación el próximo 15 de junio.
Mientras los rumores apuntan a una nueva intervención de compras por parte de las entidades locales para estimular las ganancias del Shanghai Composite Index, los gestores más pesimistas empiezan a temer que la Bolsa local se enfrenta a una renovada ola de ventas por la caída del yuan, que está a punto de registrar su peor mes desde la devaluación llevada a cabo el pasado año, ante unas perspectivas macroeconómicas que no acaban de mejorar, y la posibilidad de que la Reserva Federal (Fed) decida finalmente subir los tipos, impulsando nuevas subidas del dólar.
Los expertos también destacan apuntan a que algunas medidas tomadas por el Gobierno para impulsar la economía no serán finalmente efectivas. Por ejemplo, las autoridades están impulsando un programa de intercambio de deuda por equity, en el que se fuerza a los bancos a capitalizar deuda de mala calidad, cambiando préstamos por participaciones en el capital de las compañías.
"Este programa se habría acelerado, hasta alcanzar más de 220.000 millones de dólares en 2016 hasta finales del mes de abril frente a 120.000 millones de dólares en el mes de marzo", indican desde el departamento de análisis de Bankinter, recordando que a lo largo de 2015, ya se implantó un programa por el que se permitía a los bancos controlados por el estado cambiar deuda a corto plazo por bonos a largo plazo, por un importe total de 612.000 millones de dólares.
"Aunque estos programas puedan proporcionar un alivio transitorio para las empresas, bancos y administraciones locales con mayor endeudamiento, el intercambio de deuda por equity y que los bancos se conviertan en accionistas de compañías que no pueden pagar sus préstamos podría afectar negativamente a sus resultados y requerir una verdadera recapitalización del sistema financiero en los próximos años", advierten los expertos.