Ya en su primera semana, el mes se abre con la reunión del Consejo del Banco Central Europeo (BCE), donde también se presentarán las previsiones macroeconómicas, y prosigue en la segunda quincena con las reuniones sucesivas de la Reserva Federal estadounidense y el Banco de Japón. También está previsto a mediados de mes que se […]
Dirigentes Digital
| 05 sep 2017
Ya en su primera semana, el mes se abre con la reunión del Consejo del Banco Central Europeo (BCE), donde también se presentarán las previsiones macroeconómicas, y prosigue en la segunda quincena con las reuniones sucesivas de la Reserva Federal estadounidense y el Banco de Japón. También está previsto a mediados de mes que se reúnan el Banco de Inglaterra, y los bancos centrales de Suecia y Rusia según destaca Hans-Jörg Naumer, Global Head of Capital Markets & Thematic Research de Allianz Global Investors. Antes de que acabe 2017, se prevé que la Fed comience a reducir su cartera de bonos del Tesoro estadounidense y MBS (Mortgage Backed Securities o valores respaldados por hipotecas), mediante el procedimiento previamente anunciado de no reinvertir la totalidad de los bonos que venzan. En los próximos años, prevemos que el balance de la Fed, de unos 4,5 billones de dólares estadounidenses, se reduzca prácticamente a la mitad. Según Allianz GI puede que el BCE no tenga tanta prisa, pero la hora de la verdad se acerca. “Teniendo en cuenta la mejora de la economía de la zona del euro, cada día que pasa resulta más difícil justificar su política expansiva. Es posible que las previsiones sobre la evolución económica den al presidente del BCE, Mario Draghi, argumentos para empezar a insinuar que se acerca el esperado tapering, es decir, la reducción gradual de las compras mensuales de bonos” aclara Hans-Jörg Naumer. El momento resultaría especialmente propicio, puesto que el órgano superior de protección de la Constitución en Alemania, el Tribunal Constitucional Federal Alemán, ha presentado un recurso contra la flexibilización cuantitativa, el programa de compra de deuda pública, ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. La acusación consiste en que se está financiando ilegalmente a los Estados a costa de los generosos bolsillos del Banco Central, y no es de extrañar, puesto que, en el caso de Alemania y Portugal, el BCE está comprando ya cerca de un tercio de las nuevas emisiones. “El balance del sistema del euro casi se ha cuadriplicado desde 2007. Por lo que respecta al ritmo de la retirada gradual, es probable que el Consejo del BCE se ciña a sus actuales directrices. Dicho de otro modo, la «salida de la flexibilización cuantitativa» vendrá antes que cualquier otra medida sobre los tipos. De manera que no es probable que se dé un primer paso antes de finales de 2018” añade Naumer. Aunque puede que el Banco de Japón se mantenga firme en su rumbo expansivo, por lo que respecta al volumen total, es posible que el punto más alto de liquidez de los bancos centrales se sobrepase en 2018. Desde Allianz GI consideran que el punto culminante de la inundación de liquidez podría ser también el punto culminante de lo que bautizamos como «represión financiera» en el Foro de Inversiones celebrado en Hong Kong. Se trata de una fase en la que los bonos estatales con las mejores calificaciones han generado rendimientos anormalmente bajos, incluso negativos, en amplias regiones del mundo y mediante los cuales los inversores ayudan de manera involuntaria a los ministros de finanzas a reducir la deuda de sus Estados. Esto no significa ni mucho menos que la deuda pública vaya a generar rentabilidades suficientes en un futuro próximo, sin olvidar tampoco que hay que descontar la pérdida de poder adquisitivo (es decir, la inflación). Incluso aunque se sobrepase el punto culminante, la búsqueda de rendimientos no cesará. Y tampoco hay que olvidar que la geopolítica puede servir en bandeja una u otra excusa a las autoridades monetarias para que la reducción no tenga que comenzar tan pronto. Indudablemente, a medida que el descenso desde el punto culminante se acerque, aumentará la agitación en los mercados. A la espera de saber que medidas adoptarán los bancos centrales, los mercados de capitales muestran valoraciones dispares en las distintas clases de activos según Allianz GI. Mientras que los precios de la deuda pública alemana, los bonos del Tesoro estadounidense y el mercado de acciones de Estados Unidos podrían considerarse altos, las valoraciones de los mercados emergentes son, en general, bajas y el mercado de acciones europeo tiene precios aceptables. Los datos económicos apuntan, todavía, a un mercado de acciones al alza y un mercado de deuda más débil. La pérdida de impulso en la mejora económica y el inicio de la normalización de la política monetaria podrían suponer un freno para los mercados de capitales, y se multiplican los indicios de que los inversores se muestran demasiado despreocupados e ignoran los riesgos geopolíticos.