A la incertidumbre política y a la desaceleración económica, se une un tercer elemento importante para la consolidación de la recuperación: la concesión crediticia. Los últimos datos que se van conociendo comienzan a ser preocupantes. El sector esperaba que a mitad de año, por primera vez desde el inicio de la crisis económica, el saldo neto de préstamos comenzara a crecer. Por primera vez, la producción nueva de crédito iba a compensar las amortizaciones. Pero las primeras cifras están comenzando a decepcionar.
El importe de los préstamos concedidos a sus clientes se situó en febrero en 699.287 millones, según el balance mensual que elabora la patronal bancaria AEB. Supone una cifra inferior al 3,6% que se registró hace un año y se ha reducido en 2.200 millones, respecto a cierre de 2015.
Todavía es pronto para conocer en detalle en qué segmentos se está estancando el crédito, si en empresas o en familias, pero esta semana los grandes bancos españoles publicarán sus resultados y se comprobará, si se confirma el cierre del grifo.
De momento, Bankinter, que presentó cuentas la semana pasada, ha indicado que el saldo crediticio creció en el primer trimestre un 0,31% hasta los 44.320 millones. Pero la entidad dirigida por María Dolores Dancausa es una de las grandes entidades que menor cuota de mercado tiene en la mayoría de segmentos y de las que antes comenzó a abrir el crédito a pymes y particulares para crecer por encima de sus competidores gracias a que es y ha sido uno de los bancos más saneados durante la crisis. La concesión de hipotecas tiene un crecimiento del 40%, del 75% la financiación al consumo y a empresas, del 6%.
En cuanto a Banco Sabadell, la inversión crediticia descendió en los últimos tres meses un 3,7% respecto a final de año, hasta 149.020 millones. El balance de la entidad catalana es más significativo que la de Bankinter porque es tres veces mayor a la de Bankinter.
Pero serán los cuatro grandes (
Santander, BBVA, CaixaBank y Bankia) quienes dictarán sentencia sobre el flujo crediticio, al poseer las principales cuotas de mercado. Tanto las entidades nacionales como europeas esperaban que la demanda de préstamos para vivienda y consumo se disparase durante este primer trimestre, según la encuesta sobre la actividad crediticia que elabora el Banco de España, entre las diez principales entidades del país; pero ya advertían que en la primera parte del año el objetivo era disminuir su balance y sus activos ponderados por riesgo, traducido significa que no iba a aumentar el crédito.