Los beneficios de la banca cayeron un 23,1% en 2016

La banca española registró un resultado atribuido de 7.987 millones, un 23,1% menos respecto a 2015. La evolución plana de la rentabilidad, el proceso de desapalancamiento de las familias y unas provisiones extraordinariamente altas son los motivos que lastraron el crecimiento. En concreto, los factores “singulares” que generaron este incremento de las reservas fueron responsables de hasta el 12% del impacto en las cuentas anuales. “No estamos en un entorno plenamente satisfactorio a pesar de la recuperación económica. El balance se ha estabilizado respecto a 2015, se han mejorado las posiciones de liquidez y solvencia, pero el entorno de tipos a la baja sigue penalizando”, ha explicado José María Roldán, presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), en la presentación de los resultados anuales del conjunto de grupos miembros de la entidad. En concreto, las diferencias de cambio de otras divisas frente al euro arrojaron un resultado neto 1.092 millones inferior al de un año anterior,  situándose en los 81.840 millones (-1%). Las dotaciones extraordinarias como consecuencia de la sentencia del TJUE sobre cláusulas suelo, además del incremento del gasto en el impuesto sobre sociedades de en torno al 10%, junto al incremento de los intereses minoritarios por la integración global de una filial significativa fueron los principales obstáculos recurrentes del sector. Por su parte, el resultado consolidado del ejercicio ascendió a los 10.803 millones, un 14,6% inferior al de 2015, con una rentabilidad sobre activos (ROA) del o,41%, frente al 0,5% del año pasado. En la misma línea, el balance consolidado de los grupos bancarios españoles alcanzó los 2,6 billones de euros, inferior en saldos finales en unos 29.000 millones de euros (1%) al existente al cierre del ejercicio anterior. Por el lado de la solvencia, la evolución de los fondos propios contables fue más positiva, con un crecimiento ininterrumpido en la última década hasta duplicar su importe. Al cierre de 2016 alcanzaron los 195.000 millones de euros, un 2,7% por encima del año anterior. Esta cifra equivale al 7,5% de los activos totales de los grupos bancarios de la AEB. En este sentido, los recursos propios de máxima calidad (CET1) se situaron a finales del ejercicio en una media del 12,36% de los activos ponderados por riesgo, cifra similar a la de un año antes. Respecto a los resultados individuales, destaca que casi el 72% de los activos totales de las entidades fueron aportación de las filiales al resultado consolidado. “Esta tendencia es reflejo del modelo de diversificación internacional propio la banca española, que actuó como seguro del sistema durante los peores años de la crisis”, ha explicado Roldán. El representante de la AEB tampoco ha esquivado las preguntas en torno a la situación del Banco Popular. Desde la asociación se pide “un voto de confianza para la nueva gestora”, que será capaz de volver a poner en marcha “un modelo de negocio tan potente como el de Popular”, ha puntualizado Roldán. Además, ha recordado, en referencia a la entidad, que ninguno de los bancos de la AEB ha tenido que recurrir nunca a dinero público para su recapitalización, lo que refleja su fortaleza. También se ha referido a las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) que apuntan a las fusiones como mecanismo para incrementar la eficiencia de la banca europea. “El mensaje es muy claro respecto a las fusiones, son la mejor forma de reducir capacidad instalada y mejorar la eficiencia. En España ya hemos hecho un esfuerzo de consolidación importante, sin excluir la conveniencia de que se pueda hacer más, pero creo es más necesario en otros países”, ha puntualizado.