El necesario impulso de la transformación digital que demanda el ecosistema de la pyme en España y el contexto actual en el que se desenvuelven son solo dos de las razones por las que este tipo de organizaciones debería pensar en la implementación de un sistema ERP para optimizar sus procesos. Son muchas las ventajas […]
Dirigentes Digital
| 25 ago 2017
El necesario impulso de la transformación digital que demanda el ecosistema de la pyme en España y el contexto actual en el que se desenvuelven son solo dos de las razones por las que este tipo de organizaciones debería pensar en la implementación de un sistema ERP para optimizar sus procesos. Son muchas las ventajas que aportan estos sistemas de planificación de recursos empresariales a las pequeñas y medianas empresas, aunque la punta de lanza, sin duda, se centra en la automatización de las tareas contables, fiscales y administrativas, lo que aporta un mayor control sobre los inmovilizados, el stock, las declaraciones o la conciliación bancaria, entre otros aspectos trascendentales. Sin embargo, una de las principales bondades de este tipo de aplicativos ERP es que aportan e integran los datos derivados de las áreas que componen la organización: producción, almacén, finanzas, comercial… Isabel Pomar, directora comercial y de marketing de Datisa dice que “resumir las ventajas de un ERP para pymes en pocas líneas es francamente difícil porque su utilización puede marcar una diferencia abismal entre las empresas que los utilizan y las que no. Pero, por resumir, una de las principales ventajas que aportan estos aplicativos tienen que ver con la optimización de los procesos empresariales, el acceso a la información -rápido y sencillo-, la facilidad para compartir datos a nivel interdepartamental y la eliminación de información y funciones innecesarias, debido, entre otras cuestiones, al ajuste de los procesos y a la automatización de las tareas”. Datisa resume en tres los principales beneficios de un ERP para pymes: 1. Mejor colaboración entre departamentos, áreas y equipos. Estandarizar y automatizar funciones y procesos permite que los empleados puedan centrarse en tareas que aportan valor añadido a la organización y, sobre todo, optimiza la toma de decisiones entendiendo que cualquier acción que se lleve a cabo en un departamento puede incidir sobre el funcionamiento y la rentabilidad de otro. 2. Menos errores, más eficiencia. La eliminación de las funciones manuales minimiza al máximo la posibilidad de cometer errores, algo que no solo redunda, por supuesto, en la mejor disponibilidad para tomar decisiones, sino que fortalece la reputación de la marca y mejora la percepción que tienen de la compañía clientes, proveedores e, incluso, los propios empleados. 3. Información centralizada y actualizada. Disponer de toda la información relevante de la compañía en un solo repositorio hace más fácil la colaboración, el compartir datos y, por supuesto, la eliminación de errores, pero, además, resulta mucho más sencillo acceder a la información que se necesita, por parte de las personas que la necesitan, optimizando tiempo y recursos.