Al igual que otros grandes descubrimientos, el origen de pan se debe a un descuido. Aunque de autor desconocido, los expertos datan su origen a la época Neolítica, cuando las semillas y cereales eran mezclados con agua para elaborar papilla. Caprichos del destino o simple azar, se cree que una persona olvidó la papilla que estaba […]
Dirigentes Digital
| 29 ene 2018
Al igual que otros grandes descubrimientos, el origen de pan se debe a un descuido. Aunque de autor desconocido, los expertos datan su origen a la época Neolítica, cuando las semillas y cereales eran mezclados con agua para elaborar papilla. Caprichos del destino o simple azar, se cree que una persona olvidó la papilla que estaba elaborando en la olla y al regresar se encontró una torta granulada, seca y aplastada. Y he ahí la primera muestra de este alimento básico. Si bien los primeros registros datan del mundo egipcio, no fue hasta el siglo III antes de Cristo cuando llegó a España de la mano de los Celtíveros. Desde entonces, tanto las técnicas empleadas en su fabricación, así como su extensa oferta ha ido cambiando al igual que su consumo. El informe ‘El gasto en alimentos básicos de 2017’, difundido por el EAE Business School, arroja que la cantidad de dinero que se destina en España a pan y bollería por habitante ha descendido un 9% durante el período 2011-2016, pasando de los 4.933 millones contabilizados al principio del análisis, hasta los 4.481 millones de euros, pasado ese lustro. Esto supone que, de media, cada español desembolsó 96 euros, a diferencia de Bélgica, Alemania y Holanda, donde esta cuantía se situó en 230,179 y 169 euros, respectivamente. Paradójicamente, China, que experimentó el mayor repunte hasta los 22.624 millones, se sitúa en la lista como el país que menos desembolsó en pan y bollería. Concretamente, 16 euros. Por comunidades autónomas, esta tendencia es bastante dispar. Así, mientras que en Galicia (+5), Asturias (+5%), Murcia (+2%), Castilla-La Mancha (+2%) y Castilla y León (+1%) se han registrado subidas, en el resto es decreciente. Las bajadas más acusadas se han producido en Navarra (-3%), La Rioja (-15%), Extremadura (-16%) y País Vasco (-17%). El incremento del precio unitario, unido a la adquisición de unos hábitos alimentarios más saludables son las causas que atribuye el informe a la obtención de estas cifras. Un hecho que también ha revertido directamente en el aumento de la demanda de frutas y verduras. En los cinco años analizados, su consumo se ha disparado un 17%, al tiempo que el importe individual ha crecido un ligero 2%. Siguiendo la tónica descendente, el sector lácteo es otro de los perjudicados. No solo se consume menos leche a nivel global, sino que además se invierte una cantidad menor en este alimento básico. Con la excepción de China, cuyo mercado ha aumentado un 35% en los últimos cinco años e Irlanda, donde ha subido un ligero 2%, salvan el mercado. La aparición de dietas veganas y vegetarianas que restringen el consumo de lácteos en aras de las leches vegetales o del tofu y productos similares ha empujado a la baja la ingesta de leche un 1% en España. Un dato no excesivamente bajo, pero que ha puesto en alerta a los expertos por la importancia que juega en la alimentación. En cualquier caso, se trata de un sector que crece con fuerza a nivel mundial, impulsado por la innovación llevada a cabo en este terreno.
