En el tercer trimestre del año, un total de 776 personas decidieron renunciar a su ciudadanía estadounidense. Frente a los cerca de 7 millones de estadounidenses que residen fuera del país puede parecer un número muy pequeño, pero esta cifra supone un aumento del 39% frente al trimestre anterior. Y si continúa la tendencia, la […]
Dirigentes Digital
| 29 oct 2014
En el tercer trimestre del año, un total de 776 personas decidieron renunciar a su ciudadanía estadounidense. Frente a los cerca de 7 millones de estadounidenses que residen fuera del país puede parecer un número muy pequeño, pero esta cifra supone un aumento del 39% frente al trimestre anterior.
Y si continúa la tendencia, la cifra seguirá alza. La razón es el endurecimiento de la Ley de Cumplimiento Tributario en el Extranjero (FATCA, por sus siglas en el inglés). Desde el pasado años, impone a las instituciones financieras de todo el mundo declarar directamente al Servicio de Recaudación de Impuestos (IRS, por sus siglas en inglés) todos los activos e ingresos de los ciudadanos estadounidenses con más de 50.000 dólares en sus cuentas.
De esta forma, el país podría llegar a retener el 30% de los dividendos e intereses a los bancos que incumplan esta norma. De hecho, IBS AG tuvo que pagar una multa de 780 millones de dólares en 2009 por no facilitar la información.
Esta ley es una excepción en todo el mundo ya que el Gobierno estadounidense (junto al de Eritrea) es la única administración que grava impuestos a sus ciudadanos aunque no residan o trabajen en el país. De momento, varios bancos suizos ya se han visto obligados a dar datos de las cuentas de algunos de sus clientes.
Pero el problema no se acaba aquí. Aunque se renuncie a la ciudadanía, hay que demostrar que se han cumplido todos los requisitos impositivos durante los últimos cinco años para "saldar" cuentas con la administración de Obama.
Uno de los responsables de la Secretaría del Tesoro estadounidense, Robert Stack, ya afirmó el pasado año que "los individuos que han usado cuentas en el extranjero para evadir sus obligaciones fiscales deben temer a la Factca porque identificará las actividades ilícitas. La decisión de renunciar a la ciudadanía no aliviará a los individuos de las obligaciones anteriores".
La mayoría de exciudadanos estadounidenses se quejan porque la gestión para cumplir con las leyes de su país son muy caras. El proceso para comprobar si se tiene que pagar impuestos o no puede costar entre 1.000 y 4.000 dólares anuales. Además, muchos de los expatriados argumentan que pagan más impuestos en los países en los que residen que en Estados Unidos, pero la gestión es un gran quebradero de cabeza.
Expatriados célebres
Aunque son muchos los ciudadanos estadounidenses que se han decidido a renunciar al pasaporte, una de las más conocidas es Tina Turner. La cantante de música soul renunció a la ciudadanía en octubre de 2013 tras vivir en Suiza durante más de dos décadas.
También tomó esta decisión Eduardo Saverin, cofundador de Facebook. En 2012, Saverin se decantó por fijar su ciudadanía en Singapur, donde residía por negocios, para así evitar pagar más impuestos por la salida a bolsa de la popular red social.
Sin embargo, esta práctica es popular desde los años 20. El escritor y crítico literario Henry james renunció a la ciudadanía estadounidense, aunque en este caso como una medida de protesta por la no intervención de su país en la Primera Guerra Mundial.