Ya han pasado 15 años desde aquel 11 de abril del año 2000 en el que la Bolsa alemana, pionera en este sentido, recibía los dos primeros ETFs de renta variable europea: el iShares Stoxx Europe 50 UCITS ETF y el iShares Eurostoxx 50 UCITS ETF. Todavía con algo de incertidumbre sobre cómo acogería el […]
Dirigentes Digital
| 10 abr 2015
Ya han pasado 15 años desde aquel 11 de abril del año 2000 en el que la Bolsa alemana, pionera en este sentido, recibía los dos primeros ETFs de renta variable europea: el iShares Stoxx Europe 50 UCITS ETF y el iShares Eurostoxx 50 UCITS ETF. Todavía con algo de incertidumbre sobre cómo acogería el mercado estos nuevos productos, el 28 de abril comenzaba a cotizar el primer fondo cotizado en la Bolsa de Londres, el iShares Core FTSE 100 UCITS ETF.
Mucho ha llovido desde entonces y los años han sido difíciles en el mercado. Sin embargo, este segmento ha logrado ganarse un gran hueco en la industria, y hoy en día cotizan en Europa 2.269 ETPs diferentes en 22 países del continente a través de 45 proveedores distintos. Según un informe de BlackRock elaborado para la ocasión, la industria gestiona activos por valor de 494.000 millones de dólares "y el primer ETF británico, el iShares Core FTSE 100 UCITS ETF, ha crecido hasta convertirse en el ETF de renta variable británica más importante, con 3.700 millones de libras en activos gestionados".
Pero, ¿cómo han logrado crecer a ese ritmo fulgurante estos activos? Ante el decimoquinto aniversario del sector, Aitor Jauregui, director de ventas de iShares Iberia, explica que "los fondos cotizados son un caso de éxito en el ámbito de la inversión europea del siglo XXI. En tan sólo 15 años, este mercado financiero ha crecido desde cero hasta convertirse en una industria que está a punto de alcanzar los 500.000 millones de dólares en activos gestionados, gracias a sus niveles de eficiencia, transparencia y una relación calidad-precio que han democratizado la inversión en todo el continente".
Cifras de impacto
Las cifras demuestran los hechos. Y no se trata solo de una tendencia europea. A escala mundial, los ETPs captaron 36.100 millones de dólares en marzo, elevando la inversión total del primer trimestre hasta los 97.200 millones de dólares, casi el triple que en el mismo periodo de 2014. En cuanto a los ETPs cotizados en Europa, los tres primeros meses del año dejaron la cifra en 34.200 millones de dólares, el mejor trimestre de la historia de estos productos.
Ursula Marchioni, responsable de análisis de ETP, explica que "los flujos de inversión registrados en marzo se vieron impulsados por los ETPs de renta variable de mercados desarrollados distintos al estadounidense, puesto que los inversores detectaron valoraciones atractivas en renta variable europea y japonesa".
En España también han tenido una gran aceptación entre los inversores. Según datos de Bolsas y Mercados Españoles (BME), en marzo, el volumen negociado en este segmento se situó en 1.239 millones de euros, un 71% más que en el mismo mes de 2014. Para los tres primeros meses de 2015, la cifra fue de 3.160 millones de euros, un 17% superior que en 2014.
Después de un 2014 de récord y un inicio de año no menos espectacular en términos de captación, desde la firma siguen mostrándose optimista con las previsiones para los próximos años. "Los ETFs domiciliados en Europa continuarán en la senda del crecimiento acelerado, a pesar de las recientes incertidumbres económicas y geopolíticas. De hecho, el crecimiento de la demanda de fondos cotizados en el continente es muy superior a la media mundial y Europa desempeña un papel clave en la forma y envergadura del mercado internacional", explica Jauregui.
A su juicio, "cuando la industria deje atrás la adolescencia, esperamos que mueva unos flujos de más de 1 billón de dólares en un mercado global de 6 billones de dólares de aquí a 2019".
En este camino, desde iShares observan potencial de crecimiento en los inversores que anteriormente asignaron capital a productos negociados en mercados OTC (especialmente bonos y futuros) y que ahora están recurriendo a los ETFs por primera vez atraídos por su liquidez y por su eficiencia en materia de costes.