A juicio de Cohen, el aumento de la liquidez en los ETFs y el acceso inmediato a los mercados en todo momento atrae la inversión a este tipo de productos. Por ejemplo, el ETF de iShares de renta fija corporativa cotizado en EEUU ha sido el primero de su clase en superar la barrera de […]
Dirigentes Digital
| 19 oct 2016
A juicio de Cohen, el aumento de la liquidez en los ETFs y el acceso inmediato a los mercados en todo momento atrae la inversión a este tipo de productos. Por ejemplo, el ETF de iShares de renta fija corporativa cotizado en EEUU ha sido el primero de su clase en superar la barrera de los 40.000 millones de dólares en activos gestionados. El experto destaca sobre todo la evolución de los ETFs emergentes, cuya inversión ha sido récord este año gracias a una creciente demanda de bonos de estos países en busca de rentabilidad en un entorno de tipo sen mínimos en los desarrollados. De hecho, los datos de la firma reflejan cómo el tercer trimestre registró los mayores flujos de inversión a escala mundial en estos instrumentos, con 5.800 millones de dólares. “Hasta la fecha, este tipo de fondos cotizados han alcanzado una inversión de 12.700 millones de dólares, un nivel muy superior al récord anual anterior: 8.300 millones en 2012”, recuerda Cohen. En Europa, los inversores han mostrado interés por las exposiciones a deuda emergente denominada tanto en divisa local como en dólares, en comparación con EE. UU., donde la inversión se ha dirigido exclusivamente a los bonos emergentes denominados en dólares, lo que sugiere que los inversores europeos se sienten más cómodos expresando sus opiniones en divisas emergentes. En lo que va de año, la deuda emergente denominada en divisa local ha duplicado con creces su tamaño, desde los 1.800 millones de dólares hasta los 4.600 millones. Las acciones de los bancos centrales siguieron marcando el ritmo de la inversión. Tras las últimas medidas del BCE, la demanda de ETFs de renta fija corporativa europea no mostró indicios de caída. Los cinco instrumentos cotizados de esta clase de activos en euros más importantes de iShares (IEAC, IBCX, IHYG, IE15 y IEXF) registraron una inversión de 1.900 millones de dólares durante el trimestre y 6.800 millones en lo que va de año. El tamaño sí importa Tal y como explica Cohen, la mayor liquidez de los fondos de más envergadura se traduce en una mayor flexibilidad: durante los periodos de volatilidad o tensiones en los mercados: “un fondo más grande (con una base de accionistas más diversificada y un mercado secundario activo) brinda a los inversores más contrapartes potenciales para entrar o salir de una posición”. Del mismo modo, considera que la envergadura hace que los ETFs sean más pertinentes para algunos inversores: “es posible que determinados inversores institucionales se enfrenten a limitaciones cuantitativas respecto de qué porcentaje de un fondo pueden mantener o precisen que los fondos tengan una envergadura determinada para poder invertir. Cuanto mayor sea el fondo, mayor será la flexibilidad en el importe que los inversores pueden asignar para lograr las exposiciones deseadas”, asegura. Previsiones Desde BlackRock, Cohen espera que la tendencia de los mercados emergentes continúe en los próximos meses. “Creemos que los activos de este universo pueden soportar la trayectoria de subidas graduales de tipos trazada por la Fed, dada la mejora de los fundamentales que han protagonizado las economías emergentes en los últimos años”, indica el experto. Del mismo modo, recuerda que los inversores seguirán enfrentándose a la dificultad que supone la persistencia de unos rendimientos bajos en los bonos a escala mundial. “Esperamos que se mantenga la inversión en productos eficientes en materia de costes, como los ETFs, puesto que los inversores buscan recortar los gastos para preservar los ingresos”, indica. Datos curiosos