Estas son las dos principales conclusiones que extrae Bank of New York Mellon en su estudio "Split Decisions: Institutional investment in alternative assets", elaborado en colaboración con FT Remark. En concreto, el sondeo elaborado por ambas firmas arroja el siguiente resultado: el private equity es el activo alternativo más favorecido por los institucionales, suponiendo un […]
Dirigentes Digital
| 09 jun 2016
Estas son las dos principales conclusiones que extrae Bank of New York Mellon en su estudio "Split Decisions: Institutional investment in alternative assets", elaborado en colaboración con FT Remark.
En concreto, el sondeo elaborado por ambas firmas arroja el siguiente resultado: el private equity es el activo alternativo más favorecido por los institucionales, suponiendo un 37% de sus asignaciones; seguido de infraestructuras (25%), inmobiliario (24%) y hedge funds (14%).
De hecho, casi dos tercios de los inversores consultados reconoce que estos alternativos cosecharon beneficios de al menos el 12% en 2015, mientras que una cuarta parte apunta a retornos del 15% o más.
Al mismo tiempo, un 39% afirma que incrementará sus posiciones en este tipo de activos, frente al 6% que las reducirá. "Los alternativos siguen ganando terreno, pero los institucionales son cada vez más selectivos", matiz Frank La Salla, consejero delegado (CEO) de servicios de inversión alternativos y productos estructurados de BNY Mellon.
Por ejemplo, cuando se trata de private equity, la mayor parte de los inversores consultados declaran buscar los gastos de gestión más bajos (62%) y añaden que van a solicitar más transparencia en su búsqueda por optimizar el valor (55%). En lo que respecta a hedge funds, son las estrategias distressed las más atractivas (un 68% tiene exposición a ellas).
"El continúo crecimiento de las inversiones alternativas se verá apoyado por un flujo constante de nuevos productos y estrategias", adelanta Jamie Lewin, director de estrategia de producto y gestión del rendimiento del banco. "La innovación y adaptabilidad serán dos diferenciadores clave entre las firmas que capturarán con éxito las carteras institucionales", concluye.
"Esperar lo mejor preparándose para lo peor"
Recordemos que un reciente informe de Natixis Global Asset Management (AM) apuntaba a que el smart money entiende que "la asignación de activos pasa por esperar lo mejor preparándose para lo peor".
Así, aunque su apuesta principal sigue siendo la renta variable global, se cubren con inversiones alternativas: "Siendo su principal meta la de generar mejores rendimientos ajustados al riesgo, los institucionales ven muchas razones para acudir a estos activos: diversificación (65%), generación de alfa (51%) y reducción del riesgo (50%)", explica David Goodsell, director ejecutivo del Durable Portfolio Construction Research Center de la firma.
Capital riesgo para los grandes patrimonios
Mientras, la última encuesta a clientes de banca privada de JP Morgan Banca Privada apunta a que el capital riesgo le ‘roba’ el primer puesto asignación, con un 33%, a la renta variable, que tiene que ‘conformarse’ con un 28%.
Entre los activos favoritos se hacen un hueco también los hedge funds (16%) y materias primas (14%).