En concreto, la cartera registrada de bonos, letras y obligaciones de los no residentes despidió el año en 362.495 millones de euros. Una cifra que representa ni más ni menos que el 49,58% del volumen total, y un incremento del 20% en los últimos 12 meses. Se trata además de la mejor cifra desde que […]
Dirigentes Digital
| 09 feb 2015
En concreto, la cartera registrada de bonos, letras y obligaciones de los no residentes despidió el año en 362.495 millones de euros. Una cifra que representa ni más ni menos que el 49,58% del volumen total, y un incremento del 20% en los últimos 12 meses.
Se trata además de la mejor cifra desde que existen registros en términos de capital invertido. Aunque el porcentaje aún se sitúa algo lejos del 54,8% que alcanzó de máximo en 2010. Pero la evolución de 2014 no podría haber sido más positiva. En diciembre de 2013, los inversores internacionales atesoraban 298.139 millones de euros de deuda española, lo que en términos porcentuales representaba un 43,7% del total.
Este apetito por el bono español, ahora mucho más seguro tras los duros años de ajustes, se ha traducido en un periodo de financiación más barata para el Estado, que ya no tiene que ofrecer elevados interesas para convencer a los inversores de que merece la pena comprar su deuda. La rentabilidad del bono a 10 años se sitúa actualmente en el 1,5%, una cifra que hace apenas un año superaba el 3,8%.
Ojo con los niveles de deuda
Los analistas de JP Morgan recuerdan que uno de los principales retos a los que se enfrentan las economías globales es el de reducir unos niveles de deuda que, lejos de caer con las promesas de los Estados en este sentido, han seguido aumentando en los últimos años de crisis.
Desde la firma recuerdan que el "desapalancamiento" ha sido frecuentemente mencionado como uno de los motivos de la ralentización económica. Y explican que mientras familias como por ejemplo las americanashan reducido significativamente su carga de deuda, "un nuevo informe de McKinsey & Co, muestra cómo a nivel global, la deuda ha aumentado en 57 billones de dólares desde 2009". Por si fuera poco, los datos reflejan que una parte importante de este aumento se ha producido precisamente en economías que ya estaban altamente endeudadas.
"Como porcentaje del PIB, la deuda global ha aumentado hasta el 286%, desde el 270% en 2007", explican los expertos, que aseguran que aunque el dato puede ser preocupante, "el mayor y mejor nivel de regulación de los mercados financieros que existe en la actualidad hace pensar que la probabilidad de que asistamos a otra crisis financiera en los próximos años es baja". Aún así, tienen claro que las medidas para ajustar los desequilibrios financieros están claramente en la lista de temas pendientes de los legisladores de todo el mundo.