El deporte Rey es el gran exponente de la relevancia de Emires y Sultanes en suelo español. Sólo hay que ver el revuelo que despertaba el hijo del Jeque de Qatar y actual vicepresidente del Málaga, Nasser Al Thani, en la presentación económica del club. La Directiva rememora los 137 millones invertidos, y no recuperados […]
Dirigentes Digital
| 16 oct 2015
El deporte Rey es el gran exponente de la relevancia de Emires y Sultanes en suelo español. Sólo hay que ver el revuelo que despertaba el hijo del Jeque de Qatar y actual vicepresidente del Málaga, Nasser Al Thani, en la presentación económica del club. La Directiva rememora los 137 millones invertidos, y no recuperados por su dueño, mientras sueña con una nueva inyección de capital, tras la sequía de los últimos años.
Si vamos a los dos iconos del Fútbol, y con permiso de otras grandes marcas, entre los principales patrocinadores se encuentran las monarquías del Golfo, y las camisetas son su mejor escaparate. Los del Real Madrid lucen Fly Emirates y el FC Barcelona, Qatar Airways. En el caso del BarÇa, la aerolínea catarí cobra más protagonismo que nunca, mientras se barajan cifras escandalosas, a la espera de la renegociación del patrocinio. Por su parte, el Real Madrid no sólo cuenta con la aerolínea de los Emiratos, también con el fondo de inversión de Abu Dabi, IPIC, propiedad del jeque Zayed Bin Sultan Al-Nahyan. Otro socio estratégico que incluso podría determinar el nombre del nuevo estadio, si un día llegan a producirse las obras, por 400 millones de euros.
Las aspiraciones de sus excelencias van más allá del terreno de juego y cada vez son más los sectores que les interesan, desde los tradicionales como el energético y financiero, hasta el inmobiliario, distribución y consumo. Como ejemplo, a principios de este año, el Jeque catarí, Hamad Bin Jassim Bin Jaber Al Thani, se hacía con el 10% de El Corte Inglés, por 1.000 millones de euros. La sombra de Al Thani es grande y se extiende hasta donde alcanza el fondo soberano que preside. Entre sus participaciones se cuenta un 10% del grupo aéreo IAG, es accionista de referencia en Iberdrola, inmobiliaria Colonial, entró en el capital de Santander Brasil… y fuera de las cotizadas, la Familia Real de Catar también es dueña del Hotel Intercontinental de Madrid, el hotel W de Barcelona o el puerto deportivo de lujo de Tarragona, entre otros.
Los números constatan el creciente interés de Sus Excelencias por lo español. Según Antonio Hernández, socio de Estrategia Energética e Internacional de KPMG en España, los flujos brutos de inversión directa en España procedente de países árabes han crecido hasta los 94.000 millones (un 1.572% más), entre 2005 y 2014. En el ámbito concreto de los fondos soberanos, tal y como recoge el Informe elaborado por ESADEgeo, KPMG e ICEX-Invest in Spain, desde 2007 los fondos soberanos de Oriente Medio han invertido en España y sus empresas 11.500 millones de euros de inversión directa.
¿Pero qué se esconde detrás de este interés? Según Hernández, más allá de criterios estrictamente financieros, las inversiones responden a motivaciones estratégicas. España les ofrece una mejora de su posicionamiento en sectores y geografías en los que no están presentes.
Pero no todo han sido éxitos a la hora de invertir en nuestro país. Entre los mayores reveses se cuenta el recorte a las primas de las renovables. Un cambio de reglas por el que Masda Solar, filial del fondo soberano de Abu Dabi llevó a España a los tribunales, alegando inseguridad jurídica y expropiación.
Pese a los patinazos y según la Secretaría de Estado de Comercio, en 2010 se registraron algunas desinversiones de países árabes en España (superiores a los 14 millones de euros, un 70% del total de inversión árabe en términos brutos), pero desde entonces, las desinversiones se han reducido paulatinamente y en la actualidad son prácticamente nulas.
La radiografía final demuestra que en unas empresas están, y en otras, sueñan con su llegada, como es el caso de Prisa. No en vano, los nuevos Califas son reverenciados y cortejados, pero son ellos los que deciden y conceden jugosos contratos en sus lejanas tierras. Pera ésa…es otra historia.