La última encuesta elaborada por The Guardian con ICM muestra un apoyo a la salida de la UE del 53%, frente al 47% a favor del Bremain… Asusta el impacto en el crecimiento global, aunque parece claro que el país más perjudicado sería el propio Reino Unido, pero especialmente el político, porque si Londres deja […]
Dirigentes Digital
| 14 jun 2016
La última encuesta elaborada por The Guardian con ICM muestra un apoyo a la salida de la UE del 53%, frente al 47% a favor del Bremain… Asusta el impacto en el crecimiento global, aunque parece claro que el país más perjudicado sería el propio Reino Unido, pero especialmente el político, porque si Londres deja la Unión se abriría una puerta que parece difícil de cerrar, especialmente ante el auge del euroescepticismo.
Tal y como explica Philippe Uzan, director de inversiones en Edmond de Rothschild AM (France), la Unión tiene dos puntos débiles. En primer lugar, "una estructura institucional bastante compleja y difícil de entender por los ciudadanos. Y a pesar de que ha supuesto crecimiento y estabilidad, no ha conseguido acabar con la desigualdad entre naciones o entre sus poblaciones. En los países escandinavos, Alemania, Austria y Reino Unido, que disfrutan de un mayor crecimiento, el sentimiento nacionalista y el populismo están creciendo entre quienes se sienten excluidos y consideran que las buenas condiciones económicas son un imán para la inmigración. Y en los países más golpeados por la crisis financiera, las políticas fiscales y presupuestarias más recientes han afectado muy seriamente a la percepción de Europa como una fuerza positiva".
Así, concluye: "En el momento más agudo de la crisis de deuda soberana, estábamos convencidos de que el euro sobreviviría porque representaba a un proyecto político. El riesgo de que un partido antieuropeo llegue al poder en algún país miembro seguirá siendo una fuente de volatilidad durante los próximos años. El voto a favor de permanecer en la Unión Europea sería una señal de que las fuerzas centrífugas no siempre son tan poderosas como podríamos temer. Y esto también supondría un buen impulso para la Unión Europea".
Pero vayamos a los números. Según ha calculado el equipo de research de AXA IM, el Brexit costaría al PIB británico entre un 2% y un 7% a largo plazo, del 0,5% para la Zona Euro y entre el 0,3% y el 0,9% para las economías de Europa central.
En cuanto a los mercados financieros, el shock inmediato sería "significativo, pero menor al de la crisis financiera", pues esperan que tanto el Banco de Inglaterra (BoE por sus siglas en inglés) como el Banco Central Europeo (BCE) reaccionarán con rapidez para tratar de minimizar las consecuencias negativas del endurecimiento en las condiciones financieras y la caída de la confianza. Con todo, estiman que las Bolsas europeas, incluida la británica, "podrían caer entre un 10% y un 15%".
Julien-Pierre Nouen, economista jefe de Lazard Frères Gestion, va más allá y cree que el Brexit significaría la entrada de Reino Unido en "recesión técnica", recordando que la mayor parte de las modelizaciones que se han hecho estiman un coste en términos de PIB de entre el 2,5% y el 9% para el período comprendido hasta 2030. Mientras que la pérdida de crecimiento para la Zona Euro debería ser de alrededor del 0,3-0,4%, teniendo en cuenta que la tendencia debería ser del 1,6-2,0% para los próximos doce meses.
Asimismo, señala que la libra podría desplomarse hasta un 20%, depreciación que "podría hinchar los resultados de las empresas británicas (…) La rentabilidad del mercado británico superó con creces la de los demás países desarrollados (…) sin embargo, no es tan atractivo a día de hoy, el ratio precio/beneficio prospectivo a doce meses es de un 15,8 frente al 14,1 de la renta variable de la Zona Euro, teniendo en cuenta que el PE de los dos mercados ha estado históricamente cercano. Más a largo plazo, la incertidumbre y el entorno de menor crecimiento en los que se situaría el país, llevarían a los inversores a reclamar una prima de riesgo superior".
Por otra parte, "el Bund se beneficiaría del aumento de la aversión al riesgo. Para los países periféricos, cuando tuvo lugar el referéndum sobre la independencia de Escocia, la subida de los CDS británicos no fue acompañada de un alza de los CDS de España, país que más directamente se sentía implicado debido al riesgo separatista de Cataluña".
Finalmente, Capital Economics advierte que a pesar de que el voto se ha inclinado a favor del Brexit en los últimos días, este escenario sería "una gran sorpresa y podría causar importantes ‘olas’ en los mercados financieros". No descartan una rápida caída de la moneda británica hasta los 1,20 y un descenso por debajo del 1,2% para el bono a diez años del país.