En el último informe realizado por Global Blue, consultora de servicios para retailers del sector del lujo y turistas y operador internacional de Tax Free se observa que el turista chino fue el que más incrementó su gasto durante el año pasado. De esta forma, un visitante chino se gasta en España una media de 924 euros, alzándose hoy por hoy como […]
Dirigentes Digital
| 25 mar 2015
En el último informe realizado por Global Blue, consultora de servicios para retailers del sector del lujo y turistas y operador internacional de Tax Free se observa que el turista chino fue el que más incrementó su gasto durante el año pasado. De esta forma, un visitante chino se gasta en España una media de 924 euros, alzándose hoy por hoy como el turista más rentable, máxime cuando tiende a gastarse en compras el 70% del presupuesto del viaje. Es más, ocho de cada diez chinos reconocen abiertamente que su actividad preferida cuando viajan no es visitar monumentos o museos, sino ir de compras.
En este contexto, España no es sólo un destino exótico para el turista chino, sino también un lugar perfecto para gastar en tiendas. Según Global Blue, Madrid fue la tercera ciudad europea donde los visitantes chinos se dejaron más dinero, con casi 1.400 euros de media por acto de compra (+30,2%); sólo por detrás de Londres, con 1.559 euros, y París, con 1.874 euros; destinos que, junto con Milán, Munich, Viena y Barcelona, conforman las llamadas "Siete maravillas del shopping".
Sin embargo, fue Barcelona la ciudad que protagonizó el mayor crecimiento de ingresos, con un aumento del ticket medio del 69,4% en el último año, atribuible a la apertura a mediados de 2014 de una conexión aérea entre Barcelona y Shanghai, que facilito el acceso de los chinos a la gran oferta comercial de la Ciudad Condal.
En busca del chino súper rico
Precisamente, el comercio de Barcelona representa un claro ejemplo de cómo ponerse en la mente del globe shopper chino para aprovechar su potencial, al ampliar su tradicional oferta textil a otros sectores como la joyería, consiguiendo así aumentar el ticket medio en joyas y relojes en un 45,8%, hasta los 5.105 euros. En este sentido, la joyería también es uno de los puntos fuertes de Madrid, junto con la marroquinería y los grandes almacenes, pero juega en su contra la ausencia de una línea aérea directa que traiga visitantes chinos a sus tiendas.
No obstante, aunque el gasto en compras del turista chino tiende a ralentizarse en los próximos meses por la desaceleración económica, su ticket medio seguirá rozando los mil euros, lo cual lo convierte en el globe shopper más rentable. De hecho, la ligera moderación del gasto prevista no es exclusiva de ciudades como Madrid o Barcelona, sino que también se proyecta en las grandes ciudades competidoras como Londres, París, Milán y Viena.
El gasto ruso, a la baja
El aumento de representatividad del turista chino se contrapone con la caída del visitante ruso, que ha perdido poder adquisitivo debido a la devaluación del rublo y a la fuerte caída del precio del barril de Brent. Sólo entre Madrid y Barcelona se gastó de media el 10% menos, con un ticket medio de unos 535 euros por acto de compra, la mitad que el chino. Además, todo apunta a que los turistas rusos continuarán comprando entre un 2,5 y un 3% menos en los próximos meses.
Concretamente, durante el año pasado, Madrid y Barcelona proyectaron los descensos de gasto más acusados entre las mencionadas "Siete maravillas del Shopping". Curiosamente, sólo Munich se salva de la caída, aunque también es cierto que es donde menos dinero se gastan los turistas rusos en compras -unos 445 euros de media- ya que hablamos de un turismo de proximidad en busca de "lujo con descuentos". Como contrapunto está París, que es la que mejor aguanta la crisis rusa, con una compra media de 1.099 euros, impulsada por el alto gasto medio en joyería y relojería.
El informe de Global Blue atribuye esta posición de cola de las ciudades españolas a la fuerte estacionalidad del turismo ruso, circunstancia que está directamente relacionada con el gasto. Un ruso que viaja a Barcelona lo hace en meses de sol y playa, de ahí que su desembolso sea de los más bajos (466 euros), mientras que si visita Madrid lo hace en meses invernales coincidiendo con festividades religiosas propias de su país, y por tanto, en fechas más propicias para ir de compras, gastándose casi 140 euros más que en la Ciudad Condal.