En un momento en que la Reserva Federal se encuentra en pleno proceso de normalización de tipos de interés, como consecuencia de los buenos datos macroeconómicos de Estados Unidos, casi ningún analista es optimista sobre los beneficios que podría reportar iniciar una lucha por levantar restricciones al comercio, sobre todo teniendo en cuenta el momento […]
Dirigentes Digital
| 18 abr 2018
En un momento en que la Reserva Federal se encuentra en pleno proceso de normalización de tipos de interés, como consecuencia de los buenos datos macroeconómicos de Estados Unidos, casi ningún analista es optimista sobre los beneficios que podría reportar iniciar una lucha por levantar restricciones al comercio, sobre todo teniendo en cuenta el momento del ciclo en que se encuentra la economía norteamericana. “La combinación de rebajas de impuestos e imposición de aranceles podría resultar en un incremento no solo del déficit público, sino también del déficit comercial”, asegura Paula Mercado, directora de Análisis de VDOS. “La rebaja de impuestos es un mecanismo que se utiliza típicamente para incentivar la demanda económica de bienes y servicios. Pero al estar la economía de EE UU en una fase expansiva del ciclo, tendría poco margen de recorrido y el aumento de la capacidad disponible sería reducido, especialmente en servicios”, explica. Además, “para evitar el sobrecalentamiento de la producción de bienes y servicios, se podría recurrir a la producción exterior, pero la imposición de aranceles ahogaría esta posibilidad”, subraya. Guillermo Santos, socio de la eafi iCcapital, considera que el proteccionismo siempre es negativo para una economía muy industrializada y netamente abierta al mundo como la norteamericana y “estos aranceles elevarán los costes de producción en muchos sectores y les harán menos competitivos”, como ocurrirá con las firmas que utilizan el acero y el aluminio en sus procesos de fabricación, con automóviles y maquinaria a la cabeza, subraya, a los que habría que añadir otros como el sector aeroespacial, la construcción y el relacionado con el consumo, en general. ¿Hasta qué punto deben los inversores preocuparse por esta situación y cómo pueden sacar rédito en sus carteras? Celso Otero, gestor del fondo de bolsa americana de Renta 4 explica que la verdadera intención del gobierno de Trump con estas medidas es buscar inflación, necesaria a su juicio para frenar la deuda tan elevada que tiene EE UU, en un entorno de tipos de intereses todavía en mínimos, aunque sea a costa de sacrificar parte del crecimiento económico. “El sector que se beneficiará de manera más obvia es el metalúrgico, aunque sus problemas de eficiencia no mejorarán con estas medidas”, apunta Javier Castro, gestor del fondo Bolsa USA de Caja de Ingenieros. “De manera indirecta, aquellos sectores que sean mayormente internos, que no dependan excesivamente de las importaciones para proveerse ni de las exportaciones para vender se encontrarán entre los menos perjudicados. Por ejemplo, el sector agropecuario o el sector sanitario en este caso, si bien el peso de las ventas al extranjero es elevado, no creemos que sea justificable por parte de ningún gobierno imponer aranceles a este tipo de productos”, señala el gestor. “A nivel sectorial, habrá que ser paciente y ver cómo se van materializando las medidas anunciadas por Donald Trump. Por el momento, la noticia sobre los aranceles sobre el acero y el aluminio no han alterado nuestro asset allocation y seguimos teniendo buenas perspectivas para el sector metalúrgico americano en el medio plazo”, apuntan desde el equipo gestor momentum-value de Metagestión, responsable del fondo Meta América USA. Beatriz Catalán, gestora del fondo Ibercaja Bolsa USA, sitúa el foco de las decisiones arancelarias del presidente norteamericano en las próximas elecciones de noviembre en EE UU para renovar la Cámara de Representantes y un tercio del Senado, algo que será clave para evaluar el apoyo de estados del medio oeste que prestaron su apoyo a Trump en 2016, una zona que constituye el cinturón manufacturo o America’s Rust Belt, cuya principal actividad económica está relacionada con la industria pesada y con las manufacturas. “Hay que tener en cuenta además que Estados Unidos se encuentra en medio de la negociación del NAFTA con Canadá y México, países por ahora exentos, de manera que podría ser una forma de presión para conseguir unas condiciones más ventajosas”. Si quiere seguir leyendo el reportaje completo suscríbase a la revista Dirigentes