Louis Roederer lanza su nuevo Brut Nature 2009 by Philippe Starck. Una sofisticada joya vestida de diseño Starck, y nacida para disfrutar en estas fiestas. Louis Roederer Brut Nature 2009 by Philippe Starck es el segundo opus del Brut Nature de la Maison, que simboliza a la perfección el concepto de un champagne moderno y […]
Dirigentes Digital
| 06 oct 2016
Louis Roederer lanza su nuevo Brut Nature 2009 by Philippe Starck. Una sofisticada joya vestida de diseño Starck, y nacida para disfrutar en estas fiestas. Louis Roederer Brut Nature 2009 by Philippe Starck es el segundo opus del Brut Nature de la Maison, que simboliza a la perfección el concepto de un champagne moderno y maduro, manteniendo un diseño fresco, casi abstracto y con una precisión infinita.
Cremoso, delicado y moderno, este nuevo vintage de la Casa sólo se elabora en añadas con las condiciones ideales para su producción, como 2009 y su antecesor 2006. Elaborado de uvas que provienen exclusivamente de Côteaux de Cumière con un 66% de Pinot noir y Meunier y un 33% de Chardonnay, cuenta con un promedio de 5 años de maduración en cavas y un reposo de 6 meses tras el degüelle, a fin de perfeccionar su estructura.
El encuentro entre Louis Roederer y Philippe Starck El nacimiento de esta exclusiva Cuvée consolida la historia de un encuentro, el de Frédéric Rouzaud, propietario de Louis Roederer, y Philippe Starck, el revolucionario diseñador Francés, cuya única condición para trabajar en el diseño de la botella de un Champagne fue participar también en el diseño de su interior.
Starck, obsesionado con el concepto de "abstracción", del "menos es más", pidió además si sería posible realizar ese champagne en la forma de un Brut Nature (sin azúcar de expedición añadido), natural y desnudo, manteniendo el estilo elegante y de máxima calidad de Louis Roederer. Un concepto que se reafirma con el nacimiento del segundo vintage de la bodega, el 2009.
Un Cuvée vestido de amarillo Brut Nature 2009 es la máxima expresión de la técnica enológica, vestida de amarillo con reflejos de un ligero color ámbar. El resultado es una joya auténtica con un bouquet intenso que combina las flores dulces (madreselva y retama), las frutas amarillas (melocotón) y los frutos secos ligeramente tostados (avellanas). Con una efervescencia discreta y de gran finura, le siguen notas especiadas y con aroma a limón que recuerdan a la pimienta de Sichuán.
Su entrada en boca es larga y ligera, a pesar de no poseer el azúcar para suavizarla. Larga al principio, gracias a su textura cremosa, dulce, casi esférica que se enrolla y tapiza la boca de manera formidable; y ligera, porque posee un frescor salino y refinado que ‘estira’ la materia para proporcionarle un aspecto liso, vaporoso y delicado. Un champagne gastronómico con una magnífica expresión de fruta de sol jugosa, que se extiende en una delicada caricia.