Entre las propuestas que se pueden encontrar, las tarifas planas de luz llaman la atención por lo sencillas que resultan. Pero ¿tienen trampa? ¿Existen también tarifas de gas de este estilo? Desde el comparador HelpMyCash.com lo explican. Tarifa plana vs. precio fijo, ¿qué cambia? Elegir una tarifa de luz no debería ser un viacrucis. No […]
Dirigentes Digital
| 14 ago 2017
Entre las propuestas que se pueden encontrar, las tarifas planas de luz llaman la atención por lo sencillas que resultan. Pero ¿tienen trampa? ¿Existen también tarifas de gas de este estilo? Desde el comparador HelpMyCash.com lo explican. Tarifa plana vs. precio fijo, ¿qué cambia? Elegir una tarifa de luz no debería ser un viacrucis. No obstante, muchos consumidores siguen sin entender el producto, por lo que es muy sencillo acabar contratando una propuesta poco interesante. Esto es lo que está sucediendo con las tarifas planas, que son atractivas, pero no para todos los públicos. Lo más llamativo de las tarifas planas de luz es que ofrecen un precio mensual estable. Es decir, todos los meses se paga lo mismo en la factura de electricidad, independientemente de lo que se haya consumido. Por lo tanto, permiten organizar mejor la economía familiar. Por el contrario, las tarifas de precio fijo establecen un coste para el kWh y cobrarán en función de lo que se haya consumido cada mes. ¿Existe una opción mejor que otra? Para los usuarios que sufren para llegar a final de mes, la modalidad plana es mucho más interesante. Ahora bien, para poder contratarla se debe hacer una estimación previa de lo que se va a consumir. Actualmente Gas Natural Fenosa es la que trabaja con este tipo de tarifas, tanto para luz como para gas. Así, en el caso de la electricidad están pensadas para consumos que parten de los 1.500 kWh/año y pueden llegar hasta los 7.000 kWh anuales; con precios de entre 31 euros/mes hasta 87 euros. En el caso del gas, las tarifas cuestan entre 15 euros (máximo 3.000 kWh/año) y 76 euros (máximo 20.000 kWh/año). Pasarse del consumo establecido sale muy caro De primeras todo apunta a que las tarifas planas son la mejor opción para los consumidores que quieren tener su economía familiar bajo control. No obstante, la letra pequeña de esta modalidad es bastante más dura que la de precio fijo. Para empezar, las tarifas planas solo se comercializan en el mercado libre, por lo que no son una opción para los consumidores que se pueden acoger al bono social de la luz. Por otro lado, suelen exigir un compromiso de permanencia de 12 meses, con penalización en caso de no cumplirla. Finalmente, tampoco son recomendables si el consumo no llega a unos mínimos. En concreto, 500 kWh de luz y 750 kWh de gas natural. Por no mentar que no se deberían contratar si el cliente puede superar los máximos ofrecidos, ya que el consumo adicional se cobrará a 0,258 euros/kWh en el caso de la luz y 0,111 euros/kWh en el del gas. Es decir, se pagará más del doble que con las tarifas de precio fijo más baratas de luz y gas. 3 preguntas básicas que hacer antes de elegir la tarifa Cambiar de tarifa será un buen punto de partida para rebajar las facturas. No obstante, no todas permiten el mismo ahorro. En el caso del gas natural todo se reduce al precio y, en caso de la tarifa plana, el volumen que se vaya a necesitar al cabo del año. Sin embargo, a la hora de encontrar la tarifa de luz más idónea, el usuario debe hacerse al menos tres preguntas: ¿quiere estar pendiente cada día de cuánto cuesta la electricidad? ¿Tiene un control del consumo (en kWh) mensual de luz que gasta? ¿Tiene rutinas marcadas que le permitan acogerse a alguna modalidad de ahorro? A partir de aquí, la elección será mucho más certera. Y es que, tan solo hay que echar un vistazo rápido al mercado eléctrico para ver que la diferencia de precios a principios de agosto ronda al 20 % en función de la compañía.