1) La asignación de activos no fue un gran catalizador de la rentabilidad en los emergentes
En 2016, la rentabilidad total fue casi idéntica en la deuda denominada en divisa fuerte, la deuda denominada en divisa local y la deuda corporativa. En las perspectivas del año pasado, predije que la asignación de activos no sería un catalizador de gran calado para esta clase de activos y, en mi opinión, esta tendencia se mantendrá en 2017.
2) Las valoraciones de las divisas brindan una cierta protección frente a la apreciación del dólar
La mayoría de divisas presenta unas valoraciones que oscilan de razonables a ligeramente infravaloradas, lo que brinda protección frente a un contexto de apreciación del dólar impulsado por la subida de tipos en EEUU.
El aumento del precio del petróleo reduce parte de la presión sobre las divisas de los países del Consejo de Cooperación del Golfo vinculadas al dólar, y esto permitirá que la región siga financiándose con tipos más favorables en los mercados internacionales, dado que la reducción de los diferenciales se ve compensada, en parte, con el aumento de los rendimientos en EEUU.
El gran problema que está pasando inadvertido es el yuan chino, que sigue siendo vulnerable a las salidas de capitales y a los acontecimientos negativos que podrían producirse si el próximo Gobierno de EEUU implantara políticas comerciales poco favorables y/o declarara que el Gigante Asiático manipula el mercado de divisas. Si bien mi hipótesis de base no tiene en cuenta la fluctuación de la divisa en 2017, sigue siendo un riesgo extremo ante el que tendremos que estar alerta.
3) Reducción de los diferenciales, especialmente en la deuda corporativa del sector de las materias primas y en Brasil
2016 resultó ser un reflejo exacto de 2015. En países como Brasil y Argentina, la recuperación de los precios de las materias primas y la aparente mejora del contexto político dio lugar a un marcado repunte en estos títulos de deuda.
En general, en vista de que en 2017 existen menos títulos de deuda pública con riesgo de impago, las diferencias de rentabilidad y la selección ascendente en el marco de los mercados emergentes deberían ser menos extremas este año. Brasil no será el país que registre el mejor comportamiento en 2017, dado que las valoraciones existentes han descontado una ejecución política perfecta. Y, lo que es más importante, los países que mejor tono presentaron en 2016 no generarán una rentabilidad de doble dígito. En lugar de eso, considero que arrojarán una rentabilidad más moderada de un solo dígito, en sintonía con el carry.
4) En 2017, los mercados desarrollados seguirán presentando riesgos idiosincrásicos
Los acontecimientos en el plano político y económico de EEUU, así como las importantes citas electorales en Europa conforman los retos previsibles más importantes que deberemos afrontar en 2017. Considero que la asignación de activos entre la deuda denominada en divisa fuerte y la denominada en divisa local representará un catalizador menor en 2017. La selección ascendente en los títulos de deuda denominada en divisa fuerte y divisa local seguirá revistiendo una cierta importancia, pero con una diferencia de rentabilidad mucho menor que la registrada en 2016. En lugar de eso, la gestión pasiva y el riesgo general serán más importantes en vista de las valoraciones iniciales.