"Hace unas década las empresas valoraban el talento de sus empleados por los títulos que podían colgar en la pared o los años de experiencia. Hoy día, tras conocer casos como los de Steve Jobs, Bill Gates o Mark Zuckerberg, ha quedado demostrado que, independientemente de los estudios, un individuo puede tener muchas habilidades que […]
Dirigentes Digital
| 14 sep 2016
"Hace unas década las empresas valoraban el talento de sus empleados por los títulos que podían colgar en la pared o los años de experiencia. Hoy día, tras conocer casos como los de Steve Jobs, Bill Gates o Mark Zuckerberg, ha quedado demostrado que, independientemente de los estudios, un individuo puede tener muchas habilidades que las empresas pueden aprovechar. Actualmente, los departamentos y empresas de Recursos Humanos trabajan para detectar los talentos innatos de cada trabajador y aplicarlos a sus tareas dentro de la empresa", explica Ignacio Rubio, CEO de People Performance International.
Las aptitudes y habilidades personales deben tomar importancia a la hora de enfrentarse a un puesto de trabajo. Ahí es donde entran en juego sistemas de evaluaciones que permiten conocer las fortalezas que hacen destacar a un trabajador en uno u otro puesto dentro de las empresas. Herramientas como las de People Performance ofrecen evaluaciones que permiten a las empresas una autonomía total en los procesos de evaluación de personal tanto para contratar a nuevos empleados como para incentivar formación y coaching dentro del equipo.
"Con más de una década de experiencia como profesional, fui consciente de la necesidad de una plataforma que sirva como herramienta para que las empresas pongan a la persona correcta en el puesto adecuado. Además de los conocimientos tenemos habilidades personales que pueden ayudarnos en el trabajo día a día, ¿por qué no aprovecharlo en el ámbito profesional? Nuestra solución hace que la empresa vea a los empleado con ‘una gafas especiales’ más allá de sus conocimientos o experiencias profesionales", asegura Rubio.
Cada puesto de trabajo requiere unos comportamientos específicos ligados a las competencias a desempeñar en ese puesto. Cuando el perfil de comportamiento del empleado está alineado con las demanda de ese puesto, el potencial de éxito del trabajador es mucho mayor, la satisfacción con lo que hace aumenta, y por lo tanto se incrementan sustancialmente los niveles de retención del talento.
"Es interesante ver cómo ante la misma circunstancia cada persona reacciona de una forma diferente. Si alguien muy preparado formativamente en un área, se encuentra en un puesto que requiere unos comportamientos, una forma de actuar distinta a su perfil conductual, esa persona, por muy talentosa que sea, acabará quemándose en el mejor de los casos, bajando su rendimiento, en el peor, yéndose, con el consecuente coste financiero para la empresa que perdió ese talento. Esto sucede a todos los niveles de la empresa, se necesitan ejecutivos con talento, pero también operarios con talento, que continúen en la empresa durante el mayor tiempo posible usando sus talentos y rentabilizando la inversión que la empresa hace en ellos. Es triste que muchas empresas no cuantifican el coste de una rotación alta de empleados por un mal encaje del estilo de personalidad de éstos con los requerimientos del puesto", afirma el CEO.