Rentabilidad/Riesgo La rentabilidad pasada de un fondo puede ser lo primero que un inversor demande antes de contratar el producto. Sin embargo, no debería ser la única vía de selección. En un reciente análisis, Karen Wallace, analista senior de Morningstar explica cómo observar la rentabilidad final de un fondo sobre una base anual o incluso […]
Dirigentes Digital
| 27 ene 2017
Rentabilidad/Riesgo La rentabilidad pasada de un fondo puede ser lo primero que un inversor demande antes de contratar el producto. Sin embargo, no debería ser la única vía de selección. En un reciente análisis, Karen Wallace, analista senior de Morningstar explica cómo observar la rentabilidad final de un fondo sobre una base anual o incluso durante un período más largo no tiene mucho sentido para una cartera de productos seleccionados. Desde la firma apuestan por tener en cuenta un ratio que también sirve para medir la ecuación riesgo/rentabilidad, como es el de las desviaciones estándar durante un cierto período, para medir la volatilidad o la variabilidad de las rentabilidades, y así medir el riesgo total del activo. Una desviación estándar baja significa que los rendimientos no se mueven de forma brusca durante distintos entornos de mercado en un determinado periodo de tiempo. Para aquellos que no tengan un cerebro matemático, los expertos aconsejan simplemente fijarse en la rentabilidad del producto durante entornos extremos, para hacerse una idea de lo agresiva o defensiva que puede ser la estrategia. Comisiones: cuidado con los Closet Indexer Las comisiones siempre deben ser miradas con lupa por los inversores. Y el regulador ha puesto especial énfasis en los últimos años ante la reproducción de productos que llevan a cabo una falsa gestión activa, en la que cobran al cliente como si así fuera, cuando en realidad lo único que hacen es replicar a un índice. Además de las tradicionales comisiones de gestión, reembolso, resultados, depositario, etc, los inversores cuentan con herramientas para comprobar si lo que paga por su fondo está correctamente invertido. Uno de los más seguidos es el tracking error, que mide la volatilidad de la diferencia de rentabilidad entre el fondo y el índice de referencia. Pero en los últimos años también se presta especial atención al ratio active share, especialmente tras un estudio elaborado por los profesores Martijn Cremers y Antti Petajisto,de la Yale School of Management en el que demostraban cómo a largo plazo, los fondos con el mayor active share eran los que más habían batido a sus índices de referencia. Tal y como explican desde GVC Gaesco, un valor del 100% significa que no existe ningún valor común entre el índice y la cartera del fondo (gestión puramente activa), mientras que un valor del 0% significa que el fondo invierte en todos los valores que constituyen el índice con las mismas proporciones (gestión puramente pasiva). Equipo gestor Desde Morningstar también apuntan a un factor que en la mayoría de las ocasiones es olvidado por los partícipes: el equipo gestor. Pero no solo se trata de observar el track record personal y su habilidad para ejecutar la estrategia en el tiempo. También hay que tener en cuenta, por ejemplo, el equipo de analistas del que se rodean. En EEUU, por ejemplo, los inversores pueden determinar en las presentaciones ante la SEC cuánto invierte cada gestor en su propio fondo, como una forma de determinar si sus intereses están realmente alineados con los de los partícipes. El estilo de la gestora también es importante a la hora de seleccionar un fondo. ¿Prefiere firmas que apuestan por el largo plazo, pese a que eso signifique tener que soportar momentos de estrés sin moverse, frente a las estrategias de compras y ventas continuas? Desde Morningstar lanzan un consejo: “el cierre de fondos es a menudo un buen signo de que la gestora prima la rentabilidad futura de sus partícipes frente a la posibilidad de conseguir un mayor patrimonio”. Desde una gestora independiente nacional explican la importancia que para el gestor supone también estar rodeado de un buen equipo. “Es una cuestión de trabajo, hay que tener flexibilidad y capacidad de trabajo”, indica, recordando que “el entorno en el que te mueves es un factor clave en nuestro negocio”. A su juicio, “la gente vive obsesionada con la metodología, el control de riesgo… y es fundamental contar con un entorno que entienda tu trabajo, que te apoye en las situaciones complicadas, que son cada vez más frecuentes”, insiste. Alpha y Beta Una buena fórmula de medir el buen hacer del equipo gestor es emplear los ratios alpha y beta. Desde Deutsche Bank explican que “la beta es la sensibilidad de un fondo a los movimientos del mercado de referencia, mientras que el alpha va un paso más allá e indica la rentabilidad extra que el gestor es capaz de ofrecer independientemente del índice de referencia”. Los expertos consideran que lo que le interesa más al inversor es un ratio alpha positivo, es decir, el mayor retorno independiente del mercado que pueda añadir el gestor. “Cuando el mercado ofrece rentabilidades positivas, una beta alta añadiría una rentabilidad interesante, pero también hay que tener en cuenta que a la baja estaría más castigado”, indican.