Hasta la liberalización de las telecomunicaciones en 1988, Deutsche Telekom, la operadora de participación estatal dominaba el sector en Alemania. A partir de entonces, el mercado pasa a ser dominado por varios agentes como Vodafone o Telefónica, además de otras pequeñas compañías privadas que también han conseguido una cuota importante de clientes. Cuando Telefónica compró […]
Dirigentes Digital
| 08 sep 2015
Hasta la liberalización de las telecomunicaciones en 1988, Deutsche Telekom, la operadora de participación estatal dominaba el sector en Alemania. A partir de entonces, el mercado pasa a ser dominado por varios agentes como Vodafone o Telefónica, además de otras pequeñas compañías privadas que también han conseguido una cuota importante de clientes.
Cuando Telefónica compró E-Plus en 2014, prometió unas sinergias de 5.000 millones de euros. Para conseguir este resultado la nueva Telefónica Deutschland siguió un proceso de simplificación y digitalización para crear estructuras más eficientes y optimizadas en todas las áreas, incluyendo una reducción de plantilla de 1.600 empleados. Sin embargo, la filial alemana de la operadora española había perdido hasta septiembre del pasado año 79 millones de euros. Ahora, la compañía estaría estudiando segregar buena parte de sus actividades de call center. La medida se extendería a los centros de atención al cliente que la compañía tiene en las ciudades de Hamburgo, Bremen y Nuremberg, que cuentan con una plantilla cercana a 2.100 empleados, según publicaron hace unos días distintos periódicos germanos.
La convergencia marca la disputa
Por otro lado, las negociaciones entre Vodafone y Liberty Global han abierto un nuevo frente de disputa entre las compañías que operan en Alemania. Mientras la consolidación a lo grande en Europa parece cada vez más cerca, Deutsche Telekom ha presentado una queja contra esta fusión, argumentando que los dos rivales controlarían también gran parte de su mercado de televisión.
En junio, Vodafone dijo que estaba en conversaciones con Liberty sobre el traspaso de activos. Eso siguió a comentarios del presidente de Liberty John Malone del mes anterior donde dejaba entrever que las dos empresas sería un "gran ajuste" en Europa occidental con "importantes sinergias".
Esta unión sigue por tanto la dinámica europea, donde las operadoras se están fusionando y cooperando para ofrecer los servicios convergentes que demandan los clientes (móvil, fijo, televisión e Internet). Esta demostrado que este modelo de negocio conserva más tiempo a los usuarios, por lo que, según informa Reuters, está además contribuyendo a una ola de adquisiciones en el continente. Hasta junio, el volumen de las fusiones y adquisiciones en el sector europeo de telecomunicaciones y cable alcanzaba ya los 67.000 millones de euros, la cifra más alta desde 2000, según la firma Dealogic.
Por su parte, Deutsche Telekom está estudiando ofertas adicionales para compartir infraestructuras en Europa. Países como Hungría, donde la empresa alemana es el operador de telefonía dominante, podrían beneficiarse del uso compartido de redes de alta velocidad, redes inalámbricas de cuarta generación, dijo Niek Jan van Damme, jefe del negocio alemán de Deutsche Telekom.
La compañía también buscará sacar el máximo partido a sus asociaciones de contenido, como las que tiene con British Sky Broadcasting y Netflix en Alemania.