Desde que comenzó la crisis, la banca europea se ha recapitalizado en 600.000 millones de euros. Pero para las autoridades regulatorias no es suficiente. A la banca se le viene encima nuevas exigencias regulatorias para reforzar su balance. Una vez que la mayoría entidades tiene asumido los requisitos de Basilea III con más capital que […]
Dirigentes Digital
| 14 nov 2016
Desde que comenzó la crisis, la banca europea se ha recapitalizado en 600.000 millones de euros. Pero para las autoridades regulatorias no es suficiente. A la banca se le viene encima nuevas exigencias regulatorias para reforzar su balance. Una vez que la mayoría entidades tiene asumido los requisitos de Basilea III con más capital que han ido consiguiendo poco a poco, las autoridades regulatorias bancarias tienen preparado la nueva normativa contable de la International Accounting Standard para adaptarla al sector, y que será adoptada por la Comisión Europea y de obligado cumplimiento en 2018, aunque desde Basilea están estudiando si otorgar un plazo transitorio a la entidades financieras.
La nueva normativa, conocida como IFRS 9, tiene el objetivo de reforzar la gestión del riesgo de crédito, la correcta clasificación de las operaciones, la solidez de las estimaciones de provisiones y el adecuado tratamiento de las garantías reales a efectos contables. Para los bancos supone un impacto negativo en la balance por la introducción del método de “pérdida esperada” sobre el crédito. Hasta ahora las entidades financieros provisionaban un crédito de forma progresiva cuando había indicio de impago, sin entrar en mora, lo que se conocía como riesgo subestándar. Con la entrada en vigor la nueva normativa, estos créditos pasarán a la categoría de “especial vigilancia” y serán provisionados en su totalidad, en lugar de forma progresiva.
La EBA, por sus siglas en inglés, calcula que las provisiones de la banca europea aumentarán un 30% sobre un billón de euros de los créditos tóxicos que hay en circulación. Supondrá una merma de 75 puntos de la ratio CET1, que mide el capital de máxima calidad de un banco. Un reciente estudio de Barclays estimaba que los principales bancos europeos tendrán que reconocer pérdidas por 61.500 millones en los préstamos abiertos.
En España, el Banco de España decidió aplicar una nueva circular que sirva de transición para la nueva normativa para reemplazar el actual modelo contable de “pérdida incurrida” por otro de “pérdida esperada”.
Desde el supervisor se defiende que la nueva norma, que entrará en vigor el pasado uno de octubre, “estas mejoras refuerzan la gestión del riesgo de crédito, la correcta clasificación de las operaciones, el adecuado tratamiento de las garantías a efectos contables y la solidez de las estimaciones de las provisiones por riesgo de crédito”.
El Banco de España aclara que la circular permanecerá vigente cuando se adopte la NIIF 9 en la UE, sin perjuicio de una futura modificación de la Circular 4/2004 para reemplazar el actual modelo contable de “pérdida incurrida” por otro de “pérdida esperada”.
Fuentes del sector explican que la nueva norma del Banco de España no afecta al nivel global de provisiones, en la práctica implica una reasignación de coberturas entre provisiones para insolvencias y provisiones para inmuebles adjudicados así como entre carteras de préstamos. Significa que los bancos seguirán calculando las provisiones en base al perjuicio de anticiparse a la regulación europea.