El juez Florencio de Marcos Madruga estima así el recurso que interpuso la Fiscalía de Valladolid, descontenta con que Matas disfrutara del segundo grado penitenciario, lo que suponía que dejara la cárcel de Segovia en la que estaba recluido desde el pasado 28 de julio por el caso Palma Arena. El recurso de la Fiscalía […]
Dirigentes Digital
| 17 nov 2014
El juez Florencio de Marcos Madruga estima así el recurso que interpuso la Fiscalía de Valladolid, descontenta con que Matas disfrutara del segundo grado penitenciario, lo que suponía que dejara la cárcel de Segovia en la que estaba recluido desde el pasado 28 de julio por el caso Palma Arena. El recurso de la Fiscalía alegaba la "repugnancia social hacia determinados comportamientos, como los hechos que dieron lugar a la condena cuya forma de cumplimiento se debate", y se solicitaba la vuelta a prisión del ex presidente.
Según se apunta en el auto, "aunque es un hecho indudable tanto al tiempo actual, como al de la comisión del delito, que Jaume Matas es un sujeto socialmente insertado -pues cuenta con un medio socio familiar normalizado, lo cual es habitual en la delincuencia llamada de "guante blanco"-, no hay reeducación del interno y sin haberse alcanzado ese fin de la pena , no tiene sentido la clasificación en tercer grado". El juez constata además que "no hay prueba alguna de la existencia del arrepentimiento, asunción del hecho, conciencia del daño causado y del descrédito causado a la Institución Pública. Lo único que cabe afirmar es que el interno ha hecho hasta el último momento, legítimamente, todo lo que ha podido para no cumplir la pena".
La Secretaría General por su parte, para otorgar el tercer grado tuvo en cuenta que Matas ya ha cumplido más de la tercera parte de sus nueve meses de condena por un delito de tráfico de influencias en el primer juicio del caso. Otro de los factores que ha podido considerar es que solo está penado por esta causa, la escasa duración de la condena, la buena conducta observada en prisión, que se presentó voluntariamente para cumplir condena y que tiene la posibilidad de trabajar en el exterior.
El tercer grado implica que el ex ministro tiene que dormir en un centro de inserción social, pero puede salir los fines de semana. El ex presidente balear lleva en prisión desde el pasado 27 de julio, cuando ingresó en la cárcel de Segovia para cumplir una condena firme de nueve meses por un delito de tráfico de influencias por los contratos ilegales a su redactor de discursos, Antonio Alemany, también condenado. Esta sentencia corresponde al caso Palma Arena, sobre hechos relativos a su último mandato autonómico balear, entre 2003 y 2007.