A Theresa May, líder del partido conservador, le ha salido la jugada completamente al reves: el objetivo de adelantar en tres años las elecciones era ampliar la mayoría de su formación en el Parlamento de cara a las negociaciones del ‘Brexit’. La decisión de las urnas ha sido la contraria, no sólo se han quedado […]
Dirigentes Digital
| 09 jun 2017
A Theresa May, líder del partido conservador, le ha salido la jugada completamente al reves: el objetivo de adelantar en tres años las elecciones era ampliar la mayoría de su formación en el Parlamento de cara a las negociaciones del ‘Brexit’. La decisión de las urnas ha sido la contraria, no sólo se han quedado sin mayoría, además la cámara baja está más fragmentada que nunca, ya que ningún partido ha logrado los codiciados 326 asientos para gobernar en solitario. Más allá de las encuestas, el partitido conservador (Tories) ha perdido hasta 12 escaños para quedarse en los 314 (42,3%), mientras que los laboristas de Jeremy Corbyn han ganado 31 asientos, hasta alcanzar los 261 (40,1%). Los conservadores han perdido plazas muy codiciadas como Londres, Escocia y Canterbury. En Escocia, el partido nacionalista (Scottish National Party), liderado por Nicola Sturgeon, ha perdido hasta 11 asientos. Esta formación es partidaria de realizar un segundo referéndum de independencia de cara a la salida de Reino Unido de la UE. Por segunda vez en menos de un año, las encuestas se han equivocado al interpretar el sentimiento de los británicos de cara a las elecciones. Primero fue la victoria del ‘Brexit’ el 23 de junio de 2016 y ahora la derrota de los conservadores. Las primeras reacciones han sido muy moderadas, Theresa May ha asumido la responsabilidad de intentar formar gobierno como formación más votada, es previsible que busquen el apoyo de otros grupos de centro derecha como el Partido Unionista Democrático de Irlanda del Norte (DUP), que ha logrado 10 escaños. Por su parte, Jeremy Corbyn ha señalado que el pueblo británico está cansado de “tanta austeridad” y que la votación refleja su deseo de tener un gobierno “verdaderamente representativo”. Ahora los focos se centran en las negociaciones del ‘Brexit’, las cuales tienen previsto iniciarse en los próximos diez días. Sin una mayoría absoluta, el partido de May no podrá imponer su línea del ‘hard Brexit’, que supone la salida del mercado común. Una postura radicalmente diferente a la de los laboristas, que ante todo quieren mantener la unidad de mercado con la UE y estarían dispuestos a hacer mayores concesiones.