Tras la batería de estímulos anunciada en marzo, la autoridad monetaria de la Zona Euro, se ha limitado a explicar cómo serán sus compras de deuda corporativa, a destacar el importante papel jugado por sus políticas en la tambaleante recuperación de la región y a dejar claro que "no ha hablado nada de ‘dinero helicóptero’". […]
Dirigentes Digital
| 28 abr 2016
Tras la batería de estímulos anunciada en marzo, la autoridad monetaria de la Zona Euro, se ha limitado a explicar cómo serán sus compras de deuda corporativa, a destacar el importante papel jugado por sus políticas en la tambaleante recuperación de la región y a dejar claro que "no ha hablado nada de ‘dinero helicóptero’". El consenso sigue esperando más estímulos, aunque cada vez es mayor la sensación de que las ‘armas’ se le acaban y que sin reformas y apoyo fiscal por parte de los Gobiernos, no se lograrán los objetivos de inflación y crecimiento.
Precisamente, el mercado aguardaba nuevos (e importantes) apoyos por parte del banco central nipón y este, a pesar de retrasar su meta de precios y reconocer la debilidad de la economía, ha decidido no ahondar en los tipos negativos ni aumentar sus compras de activos (QE) tal y como se aguardaba. Una decepción que ha llevado al Nikkei a hundirse más de un 3% y ha ‘teñido de rojo’ al resto de mercados de renta variable.
Y es que, al mismo tiempo, la Reserva Federal (Fed) ha sido bastante ambigua respecto a cuándo retomará la normalización de tipos. Los analistas no creen que haya incrementos de tipos al menos hasta noviembre (si es que los hay), pero, al mismo tiempo, nadie ‘cierra la puerta’ a junio, julio o hasta septiembre, ‘todo es posible’, pero el mercado no quiere ‘ni oír hablar’ de ello.
Con estas ‘cartas sobre la mesa’, la conclusión, para Citi, "no es muy positiva". Y es que, afirma su estratega en España, José Luis Martínez Campuzano, "no es que los mercados sean dependientes de las decisiones de las autoridades monetarias; más bien, las autoridades monetarias parecen reaccionar ante el ‘humor’ de los mercados. Pero, en el fondo, no es tanto una cuestión de humor como incertidumbre. Y me temo que la incertidumbre para los mercados puede aumentar a corto plazo, con el principal foco de inestabilidad en el Referéndum británico".
Para JP Morgan, el BCE es el "último apoyo de las Bolsas europeas", el siguiente "paso natural", por tanto, es que comience también a adquirir renta variable", si quiere hacer frente a la fortaleza del dólar y a las mediocres previsiones de beneficios corporativos.
Por el contrario, Morgan Stanley considera que no hay mucho que la autoridad monetaria pueda hacer por las acciones de la región. Reconoce su ‘papel’ en la rentabilidad del crédito, pero en lo que respecta a la Bolsa, "todo se reduce a la divisa y a la fragilidad de la economía. La renta variable se está comportando como si el banco central hubiera alcanzado todo su potencial de impacto".
En este sentido, tras la inacción del BoJ, Link Securities apunta: "Hace pensar que la entidad ya no posee muchas más armas para impulsar el crecimiento económico y los precios (…) Y su decisión es más, puede ser interpretada como extrapolable a la Zona Euro por algunos inversores". Sin embargo, Barclays considera que el gobernador del banco central nipón, Kuroda, "ha querido dejar claro que no hará una política monetaria a demanda del mercado. Es demasiado pronto para llevar a cabo cualquier acción ahora, tras los tipos negativos implementados hace apenas un par de meses. El mensaje es importante: dependerá de los datos".
Estos expertos, con todo, creen que reforzará los estímulos en julio, previsión que coincide con la de Aberdeen Asset Management. Aunque, no son pocos los analistas que también piden la entrada en acción en Japón de la política fiscal.
Y mientras la ‘esperanza’ de más flexibilización cuantitativa (QE) se mantiene en ambas regiones, las posturas respecto al próximo ‘movimiento’ de la Fed están bastante encontradas. Así, Deutsche Bank descarta una subida de tipos en junio ("está completamente fuera de la mesa"). Coincide Markit, cuyo economista jefe, Chris Williamson, apunta: "Salvo una mejora sustancial y convicente de los datos económicos de aquí a dicho mes, parece que diciembre es la opción más probable para el próximo incremento".
Mientras, Kenneth J. Taubes, CIO de Pioneer Investments, explica que la Fed "no quiere verse obligada a aplicar movimientos de tipos fuertes que puedan impactar en los mercados y el crecimiento (…) Creemos que esta evaluación abre la puerta a un incremento del precio del dinero en junio o julio, siempre y cuando, el empleo siga fuerte, unido al aumento del gasto de los hogares y a la estabilización del sector manufacturero".
Por su parte, Capital Economics resume: "Menos preocupada por los riesgos globales, abierta a una subida de tipos en junio". Ahora bien, reconocen que "todo dependerá de lo que ocurra en los mercados financieros durante las próximas seis semanas". Finalmente, Amílcar Barrios, de Tressis, recuerda que cualquier incremento del predio del dinero puede "provocarle un ‘corte de digestión’ a los mercados financieros, tan acostumbrados a que todos los bancos centrales ejerzan de soporte de última instancia".