Ayer asistimos a una nueva sesión en la que los inversores optaron por reducir sus posiciones de riesgo, preocupados por la debilidad del crecimiento global. En esta ocasión la insistencia del BCE en que adoptará nuevas medidas de ser éstas necesarias para impulsar la inflación de la región del euro al alza no sirvieron para […]
Dirigentes Digital
| 23 sep 2015
Ayer asistimos a una nueva sesión en la que los inversores optaron por reducir sus posiciones de riesgo, preocupados por la debilidad del crecimiento global. En esta ocasión la insistencia del BCE en que adoptará nuevas medidas de ser éstas necesarias para impulsar la inflación de la región del euro al alza no sirvieron para calmar los ánimos. La debilidad del dólar (ayer marcó mínimos multianuales con el yen japonés, moneda que suele ser utilizada como refugio por los inversores) y la caída de los precios del crudo forzaron las ventas en los mercados europeos, en los que la banca volvió a ser uno de los sectores que peor comportamiento mantuvo, lastrado por las fuertes caídas de la banca italiana tras aprobarse en el Senado del país el nuevo decreto sobre el sector. Así, y en un ambiente de muchas dudas los inversores optaron por "huir" hacia activos de menor riesgo como los bonos alemanes y los del Tesoro estadounidenses. En este sentido, es de destacar la caída que experimentaron los bonos periféricos, cuyas rentabilidades se han disparado al alza en las últimas sesiones. Al cierre los principales índices bursátiles europeos terminaron con importantes retrocesos, cerca de los mínimos del día.
En Wall Street la sesión fue también muy negativa, incrementándose las pérdidas de los principales índices de este mercado a medida que avanzaba la jornada. Sectores como el bancario, el de las telecos, el tecnológico, con Apple a la cabeza, y el de las materias primas lideraron las caídas. Por su parte, la rentabilidad de los bonos del Tesoro cayó con fuerza como consecuencia de la demanda de este tipo de activos por parte de los inversores. La volatilidad, por su parte, se disparó al alza durante la jornada, prueba evidente de que durante la misma se "impuso" la "aversión al riesgo". Es complicado identificar los motivos de esta actitud por parte de los inversores en los mercados estadounidenses, aunque las últimas actuaciones de la Administración Obama, poniendo trabas a varias operaciones corporativas, no han sentado bien a la comunidad inversora, que ven en ellas riesgo de futuras confrontaciones entre el sector empresarial y las autoridades.
Hoy esperamos que continúe la volatilidad en las bolsas occidentales, siendo factible que las europeas intenten recuperar a la apertura algo del terreno perdido en las últimas sesiones, aunque vemos complicado que el rebote, de producirse, vaya a ir muy lejos. La proximidad del inicio de la temporada de presentación de resultados trimestrales (en Wall Street se inicia de forma oficiosa el lunes con los de la multinacional del aluminio Alcoa) comienza a pesar en el ánimo de unos inversores, que no tomarán nuevas posiciones de riesgo hasta conocer qué esperan los gestores de las compañías cotizadas en relación al devenir de sus negocios en los próximos trimestres. De mostrarse en su mayor parte optimistas, este puede ser el catalizador que hace falta para que los mercados recuperen el buen tono de hace unas semanas. Por el contrario, si estos directivos se muestran pesimistas debido a que perciben un escenario económico de debilidad, las Bolsas continuarán corrigiendo y se acercarán a sus mínimos del año.
Link Securities.