Las dificultades económicas por las que atraviesan estas economías han girado las tornas hacia perspectivas tremendamente negativas sobre sus mercados financieros. Especialmente Brasil y Rusia. Lejos quedan ya las cifras de 2007, cuando Rusia registraba un crecimiento del 8,5% y Brasil de más del 6%, gracias al impacto de un mercado alcista en las materias […]
Dirigentes Digital
| 06 ago 2015
Las dificultades económicas por las que atraviesan estas economías han girado las tornas hacia perspectivas tremendamente negativas sobre sus mercados financieros. Especialmente Brasil y Rusia. Lejos quedan ya las cifras de 2007, cuando Rusia registraba un crecimiento del 8,5% y Brasil de más del 6%, gracias al impacto de un mercado alcista en las materias primas.
Del mismo modo, la desaceleración en China es una de las mayores preocupaciones actuales de los inversores. E incluso India, que ha sido durante los últimos años protagonista en las recomendaciones positivas de inversión, empieza a perder el favor de los analistas.
Una muestra clara de estas perspectivas es el cierre de la brecha entre los mercados bursátiles de los países emergentes y del mundo desarrollado. Según datos de Bloomberg, el MSCI Emerging Markets Index cuadriplicó su valor entre 2002 and 2010. Pero desde 2009, el indicador ha caído un 10%, mientras su par de mercado desarrollado se ha disparado un 50%. En base a las proporciones estimadas precio-ganancias, los mercados emergentes cotizan actualmente a su mayor descuento frente a los desarrollados desde 2006.
Riesgos en el corto plazo
La caída de los precios de las materias primas, los conflictos geopolíticos y sociales y el impacto de la subida de tipos de la Fed están detrás de estas peores previsiones sobre estas economías. De hecho, la desaceleración en China y el cambio en la política monetaria de la Fed son los dos principales riesgos a los que se enfrentan los emergentes.
"Las expectativas para los precios de las materias primas son cruciales para los mercados emergentes", indicaban los analistas de Barclays en un reciente informe. No sólo porque esta ‘categoría’ aglutina a muchos productores de las mismas, "sino porque también se ven afectados por factores secundarios de la demanda para sus otras grandes exportaciones: los productos manufacturados".
En este contexto, señalan, "hemos observado que cuando las commodities caen, las divisas emergentes se comportan sustancialmente peor". Una correlación que se ha intensificado con los años. La influencia de los precios de las materias primas en la inflación y su efecto sobre los resultados fiscales, explican, ha implicado políticas monetarias lazas y/o tolerancia por la depreciación de las distintas monedas. Medidas que también continuarán en el futuro.
Aunque el FMI aún espera que las economías emergentes del mundo registren un crecimiento del 4,2% este año, a pesar de la recesión esperada en Brasil y Rusia, la cifra es solo 0,9 puntos porcentuales más elevada que el crecimiento esperado para la economía mundial en su conjunto. La diferencia más pequeña desde 1999.