El Parlamento atenderá en su presupuesto de 2018 la reconstrucción de la infraestructura “sin descuidar capítulos como seguridad, salud, educación y programas de asistencia social”, ha dicho el presidente de Diputados, Jorge Marín. Las consecuencias de este último movimiento restarán dos puntos porcentuales al crecimiento del país, estimó por su parte el Bank of America […]
Dirigentes Digital
| 06 oct 2017
El Parlamento atenderá en su presupuesto de 2018 la reconstrucción de la infraestructura “sin descuidar capítulos como seguridad, salud, educación y programas de asistencia social”, ha dicho el presidente de Diputados, Jorge Marín. Las consecuencias de este último movimiento restarán dos puntos porcentuales al crecimiento del país, estimó por su parte el Bank of America Merril Lynch, que proyecta ahora un 1,9% de expansión del PIB para 2017, después de cálculos previos de un 2,1%, según el reporte “México: la desaceleración está a la vuelta de la esquina”. El Banco Mundial, en tanto, estima que Latinoamérica pierde unos 84.000 millones de dólares anuales debido a desastres naturales, según el informe que presentó en la COP22 junto con el Fondo Mundial para la Reducción de los Desastres y la Recuperación (GFDRR). Cobertura de seguros En 1985, México creció 2,5%. Un año antes, sin terremoto, había crecido 3,6%. La pérdida entonces en construcciones fue de 4000 millones de dólares, según la Asociación de Instituciones de Seguros, que detalla en 10% las pérdidas cubiertas por las aseguradoras. El resto lo cubrió el estado y la ayuda llegada del extranjero. Desde entonces, los estándares de construcción y la supervisión han aumentado. La mejor prueba es que la mayoría de los edificios que colapsaron el 19 de septiembre último fueron construidos antes de 1985, según un análisis de América Economía. Antes de incluir los costes de la reconstrucción, el Presupuesto de 2018 (presentado por el Ejecutivo a la Cámara de Diputados el 8 de septiembre) se estimaba 274.567 millones de dólares. Allí se incluyeron las partidas para desarrollo social (57.436 millones), salud (41.207 millones) y defensa nacional (28.415 millones). La historia se repite El seísmo de 7,1 grados del 19 de septiembre último en México ocurrió exactamente 32 años después del más devastador terremoto registrado en ese país en los últimos 100 años: el de 1985, cuando murieron alrededor de 10.000 personas tras el colapso de unos 800 edificios. En aquel otro episodio, de 8,2 grados, ocurrido también un 19 de septiembre, las pérdidas económicas representaron un 2,1% del Producto Interior Bruto (PIB) del país, según una estadística compilada en el libro “Los sismos. Una amenaza cotidiana”, de la Universidad Autónoma de México. Si bien no hay aún cifras consolidadas del desastre más reciente, fuentes oficiales indican que los daños han sido significativamente menores que en 1985: alrededor de 300 muertos, el colapso total de 39 edificios y cerca de 70.000 construcciones dañadas. Aún sumando esas estimaciones a las del terremoto más potente del 7 de septiembre (8,1 grados), el balance final será inferior al de 1985, pues el país ha desarrollado construcción antisísmica y se entrena periódicamente en estrategias de evacuación.