Durante años, las gestoras de activos incluían los costes por acceder a análisis de terceros y los de ejecución dentro de una misma comisión. Se trata de research de equipos especializados para ayudar a las gestoras a cumplir con los objetivos de inversión de sus clientes. El problema, es que la transparencia de la que […]
Dirigentes Digital
| 30 ene 2017
Durante años, las gestoras de activos incluían los costes por acceder a análisis de terceros y los de ejecución dentro de una misma comisión. Se trata de research de equipos especializados para ayudar a las gestoras a cumplir con los objetivos de inversión de sus clientes. El problema, es que la transparencia de la que presume MiFID II va a obligar a las entidades a separar ambos costes (los de investigación y los de ejecución). Y ahora, las entidades deben definir el modelo de negocio que quieren antes de que la normativa entre en vigor en enero de 2018. Según una reciente encuesta realizada por Electronic Research Interchange (ERIC) entre un centenar de firmas del sector europeas, el retraso en la toma de esta decisión es notable. El 74% de los gestores consultados aseguran que aplicarán un mayor escrutinio a sus fuentes de investigación, además de prever una reducción en los servicios de research de la banca de inversión. La encuesta también desvela cómo el 38% de los gestores está considerando expandir sus propios equipos de análisis internos. Pero el mismo porcentaje reconoce que aún no está preparado para los cambios que exige la normativa en este contexto. Y muchos se muestran reacios con los cambios previstos. Hasta siete de cada 10 consultados sigue considerando que la comisión de gestión que paga el cliente debe seguir soportando el coste de la investigación como hasta ahora. El camino que podrán seguir las gestoras se puede dividir en tres vías: la primera, absorber ese coste de pagar por la investigación externa ellos mismos. La segunda, ‘transferir’ el costo a sus inversores a través de comisiones más altas. Sin embargo, los expertos consideran que finalmente se impondrá una tercera vía, con más de la mitad de los encuestados apuntando a plataformas de distribución de análisis alternativas, a través de las que los gestores podrán acceder a piezas específicas por un precio claro y transparente. Según otra encuesta de E&Y, solo el 19% de los consultados aseguraba que seguirán cobrando a los clientes, aunque desglosando claramente ese coste de ejecución y análisis para que el inversor sea consciente de ello. Y solo un 8% se mostraba favorable a trasladar ese coste solo para cierto tipo de análisis más especializados. Sin embargo, la mayoría aseguraba que adaptarán su presupuesto para destinar una parte mayor a esos análisis. Algo que ya han comenzado a hacer firmas como Woodford Investment Management, que el pasado año confirmaba que pagarán los análisis de terceros de su propio bolsillo sin repercutirlo a los clientes.