Las políticas monetarias llevadas a cabo desde los principales bancos centrales está cambiando el status de los bonos. El contexto es bastante claro: La renta variable global cayó ante el temor que suscitan los aranceles comerciales impuestos por Estados Unidos, mientras que los comentarios de la Fed reforzaron la idea de que se producirán, al […]
Dirigentes Digital
| 13 mar 2018
Las políticas monetarias llevadas a cabo desde los principales bancos centrales está cambiando el status de los bonos. El contexto es bastante claro: La renta variable global cayó ante el temor que suscitan los aranceles comerciales impuestos por Estados Unidos, mientras que los comentarios de la Fed reforzaron la idea de que se producirán, al menos, tres subidas de tipos en 2018. Además, el Congreso Nacional del Partido Comunista de China previsiblemente dará su visto bueno a una amplia reforma gubernamental que centralizará aún más el poder. Con todo esto, desde BlackRock apuntan que el rápido ascenso de los rendimientos de la deuda pública estadounidense a corto plazo “está aumentando su atractivo”. Esto apunta a un importante giro desde los rendimientos “cercanos a cero de estos instrumentos en la era posterior a la crisis”.
El constante aumento de los rendimientos de los bonos con vencimientos más cortos proporciona un mayor colchón frente a las preocupaciones sobre los aumentos de los tipos de interés. Desde la gestora explican que la línea verde del gráfico muestra que “los tipos de interés deberían alzarse más de un punto porcentual para neutralizar los ingresos de un año de las notas del Tesoro estadounidense a dos años”.
Siguiendo este hilo, esto es prácticamente el doble que el año pasado, y se sitúa en un nivel muy superior a la protección que ofrecen los bonos a más largo plazo actualmente. Por eso, estos expertos consideran que el tramo corto “ofrece unas rentas relativamente atractivas y un colchón considerable frente a las perspectivas de mayores alzas de los rendimientos”.