Tradicionalmente, los premios de la Lotería y otros juegos de azar han estado exentos de impuestos. Pero en 2013, ante la caída de recaudación de Hacienda, el Gobierno de Rajoy impuso un gravamen del 20% para premios a partir de 2.500 euros. Es decir, si al agraciado le toca 20.000 euros, el impuesto de Loterías […]
Dirigentes Digital
| 21 dic 2015
Tradicionalmente, los premios de la Lotería y otros juegos de azar han estado exentos de impuestos. Pero en 2013, ante la caída de recaudación de Hacienda, el Gobierno de Rajoy impuso un gravamen del 20% para premios a partir de 2.500 euros. Es decir, si al agraciado le toca 20.000 euros, el impuesto de Loterías se aplicará a la parte del premio que supere los 2.500 euros, es decir, que la cantidad por la que hay que pagar impuestos es 17.500 euros, de los que Hacienda se quedará con 3.500 euros, exactamente el 20%.
Si este año tiene la suerte de ser uno de los premiados, tiene que tener en cuenta que no cobrará el importe bruto si es superior a 2.500 euros. A la hora de cobrarlo se le aplicará el 20%, tan se hace en una administración de Lotería si la cuantía es menor de 3.000 euros o las entidades financieras concertadas para cobrar si es superior.
Por tanto, si se trata de un décimo compartido con familiares o amigos, el premio se tendrá que repartir una vez descontado el 20%. Si toca a menos de 2.500 euros por persona, también se aplicará el 20%.
Un punto a tener en cuenta por los agraciados es que la cuantía de los premios se integrará en la declaración de la Renta, pero no se incluirá en la base imponible del IRPF, por lo que no les afectará a la hora de pedir una beca, prestaciones asistenciales o no contributivas o cualquier otra ayuda pública cuyo requisito sea la renta.
Hacienda tiene previsto ingresar como máximo 188,3 millones si se venden todos los décimos premiados. En 2013, obtuvo 384 millones y en 2014, 562 millones. Muy por debajo de las previsiones que habían marcado el Ministerio, por el retroceso de ventas en esos años.