Las Bolsas europeas y estadounidenses cedieron terreno ayer por tercer día de forma consecutiva como consecuencia del escenario deflacionista y de bajo crecimiento al que parecen que se van a tener que enfrentar las compañías cotizadas en los próximos meses. Además, el inicio de la temporada de resultados empresariales trimestrales en EEUU tampoco está "ayudando" […]
Dirigentes Digital
| 23 sep 2015
Las Bolsas europeas y estadounidenses cedieron terreno ayer por tercer día de forma consecutiva como consecuencia del escenario deflacionista y de bajo crecimiento al que parecen que se van a tener que enfrentar las compañías cotizadas en los próximos meses. Además, el inicio de la temporada de resultados empresariales trimestrales en EEUU tampoco está "ayudando" mucho a unos mercados que están pagando estos días los excesos recientes, con muchos inversores aprovechado las fuertes subidas de muchos valores la semana pasada para realizar beneficios a corto plazo. Así, ayer desde primera hora del día la publicación de madrugada en China de unas cifras de inflación más bajas de lo esperado pesó en el ánimo de los inversores, que ven en el comportamiento reciente de esta variable a nivel mundial una amenaza para el crecimiento económico global. En este sentido, destacar que por la tarde la publicación en EEUU delíndice de precios de la producción (IPP) alimentó estos temores, al mostrar una desaceleración significativa de su tasa de crecimiento interanual. Si bien es verdad que la baja inflación es principalmente consecuencia de la fuertes caída de los precios energéticos y de muchas materias primas, detrás de este hecho se esconde una sobrecapacidad de producción alarmante en muchos sectores que llevará tiempo corregir. El temor de muchos analistas es que esta "baja inflación" termine por extenderse a otros sectores y áreas de actividad, provocando el aplazamiento de decisiones de consumo e inversión por parte de los consumidores y de las empresas, lo que terminaría por lastrar el ya de por sí débil crecimiento económico mundial.
Además, y también en EEUU, ayer se publicaron las cifras de ventas minoristas del mes de septiembre, que estuvieron por debajo de lo esperado. El incremento estimado inicialmente de las de agosto (un 0,2% frente a las de julio) fue revisado a la baja, hasta señalar un estancamiento de las mismas en el citado mes (0,0%). Este hecho y la revisión a la baja de sus expectativas de resultados para este y el próximo ejercicio que hicieron ayer una de las mayores compañías estadounidenses de distribución, Wal-Mart (sus acciones cayeron el 10% durante la jornada, en lo que supuso su mayor descenso en una sola sesión en 20 años) hizo saltar todas las alarmas, ya que el consumo privado supone cerca del 70% del PIB estadounidense. Hasta ahora esta variable había venido comportándose sólidamente, ejerciendo como principal soporte del crecimiento económico en EEUU. No obstante, parece que la reciente caída de los mercados de valores puede terminar pasando factura al consumo privado estadounidense, lastrando así el crecimiento de esta economía en el segundo semestre. De ser así, es muy poco probable que la Reserva Federal (Fed) pueda iniciar su proceso de subidas de tipos en lo que resta de ejercicio. Al menos así lo entendieron los mercados de divisas y de bonos, como se pudo comprobar por la depreciación del dólar frente al resto de principales divisas (está a su nivel más bajo en tres meses respecto al euro) y la fuerte subida de los bonos del Tesoro estadounidense y la consiguiente caída de sus rentabilidades.
El hecho de que la Fed no vaya/pueda subir tipos ni en la reunión de su Comité de Mercado Abierto (FOMC) de octubre ni en la de diciembre y la consiguiente debilidad del dólar han tranquilizado a los mercados asiáticos, que han cerrado esta madrugada en su mayoría al alza. Esperamos que ello permita a las bolsas europeas abrir la sesión con ligeras subidas, aunque sin mucha convicción. El escenario económico al que se enfrentan las cotizadas se está complicando en los últimos meses, por lo que vemos difícil que los inversores puedan seguir actuando mucho más tiempo bajo el esquema de que "las malas noticias macro son buenas noticias para las bolsas". Por el contrario, lo más probable es que durante la temporada de presentaciones de resultados empresariales trimestrales que está comenzando las compañías revisen a la baja sus expectativas de negocio para los próximos meses, lo que terminará pesando en el comportamiento de sus acciones en bolsa. Está por ver si en esta ocasión las posibles nuevas actuaciones por parte de los bancos centrales (Japón, China y Zona Euro) pueden servir de sustento a los mercados de valores o no. De momento, y en nuestra opinión, determinar qué tendencia adoptarán las bolsas a corto/medio plazo es francamente complicado, por lo que aconsejaríamos mucha prudencia a la hora de diseñar nuestra estrategia de inversión.
Por último, señalar que hoy la principal referencia para los inversores en el ámbito macroeconómico será la publicación esta tarde en EEUU de dos índices regionales de actividad manufacturera de octubre, el de Nueva York y el de Filadelfia, que aportarán más información sobre el estado real por el que atraviesa este sector, así como el IPC del mes de septiembre, que será escrutado por los analistas e inversores para identificar nuevas presiones deflacionistas. Además, y en lo que hace eferencia a la publicación de resultados empresariales, hoy destacaríamos los de Goldman Sachs y los de Citigroup. Hasta el momento los resultados de los grandes bancos estadounidenses no han tenido una gran acogida, a pesar de que tanto los de Wells Fargo como los de Bank of America han sido bastante positivos. Entendemos que tanto las cifras macro mencionadas como los resultados de los grandes bancos que publican hoy determinarán la tendencia de cierre de las bolsas occidentales al final de la sesión.
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