Fue el ex secretario del Tesoro estadounidense Larry Summers quien habló por primera vez de "estancamiento secular" para referirse a un crecimiento económico estructuralmente más bajo, debido a una demanda insuficiente, y evidenciada esta en un exceso de ahorro frente a la inversión. "Si hay demasiado dinero en busca de muy pocos activos, es lógico […]
Dirigentes Digital
| 23 sep 2015
Fue el ex secretario del Tesoro estadounidense Larry Summers quien habló por primera vez de "estancamiento secular" para referirse a un crecimiento económico estructuralmente más bajo, debido a una demanda insuficiente, y evidenciada esta en un exceso de ahorro frente a la inversión. "Si hay demasiado dinero en busca de muy pocos activos, es lógico que los tipos de interés (variable clave que equilibra el ahorro y la inversión) tengan que ser bajos. También supone que las presiones deflacionistas tenderán a pesar más que las inflacionistas", recalcan los expertos de Fidelity.
Los expertos de la gestora explican que este "estancamiento secular" conlleva una serie de implicaciones desde el punto de vista de la inversión, que deberían ser tenidas muy en cuenta por el mercado a la hora de elaborar carteras a largo plazo.
1. Tipos de interés y rendimientos de los bonos más bajos durante más tiempo: Dado que el ahorro probablemente supere la demanda de inversión en un futuro previsible, es muy probable que los tipos de interés y los rendimientos de los bonos se mantengan en niveles históricamente bajos. Esto se aprecia de forma evidente en la evolución de la política de los bancos centrales, con los países desarrollados intentando subir sus tipos, incluidos el BCE, Suecia, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, pero todos han terminado dando marcha atrás.
2. Mayor demanda de estrategias de rentas: Si los tipos de interés siguen bajos, podríamos encontrarnos en un entorno con una escasez permanente de rentas. Si a ello le sumamos el aumento de la demanda derivada del mayor número de personas jubiladas, tenemos unas perspectivas favorables para aquellos activos que pueden ofrecer flujos de rentas constantes, fiables e, idealmente, crecientes.
3. Apoyo para la valoración de las acciones: Si los tipos de interés se mantienen en niveles estructuralmente bajos, eso repercute en las acciones. Del mismo modo, la existencia de exceso de capital, combinada con una búsqueda constante de rendimientos reales, tenderá a favorecer las valoraciones de las acciones.
4. Apoyo para los inmuebles como clase de activo: Los inmuebles son unos activos en los que el componente de rentas supone una proporción tradicionalmente alta de las rentabilidades totales. Además, una ventaja clave de las rentabilidades por flujos de rentas es su volatilidad típicamente baja. En un mundo de crecimiento débil y bajos tipos de interés, la importancia y la estabilidad de las rentas de los inmuebles incrementan enormemente su atractivo para los inversores y favorecen una revisión al alza de sus valoraciones.
5. Apoyo para los enfoques de generación de rentas combinados y de baja volatilidad: Los bajos tipos de interés y la escasez de fuentes de rentas también hacen más atractivos los enfoques multiactivos combinados para los inversores con menor tolerancia al riesgo.
6. Mayor importancia del análisis detallado de las empresas: Si los inversores utilizan menores tasas de descuento para reflejar unos tipos de interés estructuralmente más bajos, entonces las valoraciones de las acciones podrían subir. Sin embargo, con menores tasas de descuento la sensibilidad a los cambios en los flujos de efectivo también aumenta. Desde una perspectiva analítica, esto pone de relieve la importancia de realizar previsiones de flujos de efectivo precisas y de llevar a cabo un análisis ascendente detallado de las empresas.
7. El crecimiento y la innovación, con prima: Aunque el "estancamiento secular" refuerzan los argumentos a favor de las acciones y las rentas, también asigna una prima al crecimiento sólido de los beneficios, y las empresas que lo consigan cotizarán con prima. Durante los últimos años, es notorio que las empresas que han destacado en esta faceta tienden a ser compañías con pocas necesidades de capital y centradas en mercados de consumo que crecen estructuralmente, con una ventaja clave desde el punto de vista de la innovación.
8. Más argumentos a favor de la inversión activa: Si el valor potencial derivado de diferenciar entre empresas e inversiones aumenta con el "estancamiento secular" y su entorno de crecimiento débil y tipos de interés bajos, con mayor razón habrá que adoptar enfoques activos a la hora de invertir. Eso es precisamente lo que se consigue cuando los gestores pueden demostrar ser verdaderamente activos (cuando presentan tasas elevadas de dinero gestionado activamente, por ejemplo) y lo combinan con una destreza genuina para seleccionar valores.