La velocidad con la que nos comunicamos, accedemos y transmitimos información se acelera de forma vertiginosa. La era digital y la necesidad de estar online y conectados 24.7.365 no sólo impulsan el uso de dispositivos móviles, sino también la demanda de servicios siempre disponibles. Todo esto ha desarrollado una tolerancia cero a los tiempos de […]
Dirigentes Digital
| 21 sep 2017
La velocidad con la que nos comunicamos, accedemos y transmitimos información se acelera de forma vertiginosa. La era digital y la necesidad de estar online y conectados 24.7.365 no sólo impulsan el uso de dispositivos móviles, sino también la demanda de servicios siempre disponibles. Todo esto ha desarrollado una tolerancia cero a los tiempos de inactividad. El problema es que, junto a este hecho, la brecha de disponibilidad –que es la diferencia entre el nivel de servicio esperado y lo que TI puede realmente ofrecer– se sigue agrandando, y ocurre así en empresas de todos los tamaños. Los usuarios de grandes corporaciones como Amazon, Instagram, Spotify o Whatsapp, confían en tener un servicio sin interrupciones y no concebirían un minuto de falta de disponibilidad. Sin embargo, estas organizaciones han sufrido interrupciones en su servicio durante algunas horas que han afectado a sus cerca de 1.200 millones de usuarios, al no ser capaces de darles el servicio esperado. Por la forma como se llevan a cabo los negocios en la actualidad, es como si las compañías digitales hubieran firmado la obligación implícita de estar disponibles las 24 horas del día, todos los días, para sus consumidores. Además, las aplicaciones de consumo en tiempo real en particular, alimentan a innumerables empresas que dependen de sus plataformas digitales para ofrecer visualizaciones de anuncios y contenido a sus clientes, y esto establece la expectativa de un servicio que siempre estará disponible. Sin embargo, es evidente que las empresas no son todavía conscientes de la necesidad de asegurar sus datos. Prueba de ello es el resultado del más reciente Informe sobre disponibilidad de Veeam Software 2017, que analiza el impacto real en el mundo cuando no se cumplen los objetivos de disponibilidad. Este informe muestra que las pérdidas ocasionadas por caídas del sistema son millonarias y se incrementan año tras año, pasando de 10 millones de dólares de media anual en 2015, a 16 millones en 2016 y a 21,8 millones de dólares en 2017. Esto se debe a que la brecha de disponibilidad se agrava y se hace cada vez más grande a medida que los procesos de transformación digital avanzan dentro de las organizaciones, sin que estas cumplan tampoco con el requisito de garantizar la disponibilidad de sus sistemas y datos de misión crítica. Las conclusiones del estudio de Veeam son consistentes con las de años anteriores. El 84% de los responsables de la toma de decisión de TI sigue declarando que no logra proteger sus datos con la suficiente frecuencia para asegurar a sus unidades de negocio que se cumplan las expectativas contra la pérdida de datos. Ha quedado demostrado que no basta ningún avance tecnológico hacia la digitalización si no se tienen sistemas fiables de recuperación en caso de una contingencia; más aún, que puedan preverse y estar preparados para evitar caídas en la continuidad de los sistemas. Y es que nadie, sin importar el tamaño de la empresa, se libra de una contingencia. Según el informe mencionado, seis de cada siete organizaciones reconocen que carecen de un alto nivel de confianza con respecto a su habilidad y seguridad para proteger/recuperar datos en sus ambientes virtuales. La mitad de las compañías creen también que los desafíos de disponibilidad pueden conducir a la pérdida de la confianza del cliente, lo que puede afectar a la integridad de la marca, reducir el precio de las acciones y causar la revocación de licencias o acreditaciones. Además, se pone en riesgo la confianza de los empleados, lo que muchas veces tiene como consecuencia el desvío de recursos de proyectos críticos para el negocio o de largo plazo. Es preciso que las empresas tomen conciencia de que no se trata sólo de los daños financieros, sino que la imagen y fiabilidad en la empresa también puede verse afectada por causa de este tipo de contingencias, como en los casos de Instagram, WhatsApp y Spotify, cuyo negocio se basa en su capacidad de entregar servicios inmediatos a los clientes, sin que hasta ahora hayan sido “a prueba de inactividad”. De hecho, las interrupciones que han sufrido demuestran la vulnerabilidad a que están expuestos incluso los mejores sistemas de TI de las más grandes compañías del mundo. En todos los tamaños y niveles, la diferencia entre el éxito en los negocios de la era digital y la exposición a interrupciones o caídas que acarreen bajos niveles de confianza por parte de clientes y empleados, pérdidas económicas y más, está en tener o no tener un plan de disponibilidad, protección y recuperación que garantice la continuidad de los servicios de la empresa. Jorge Vázquez, Country Manager de Veeam Software Iberia