A falta de conocer los resultados electorales definitivos en Italia, que se publicarán a última hora de este lunes, las estimaciones preliminares permiten establecer tres conclusiones: el Movimiento 5 Estrellas (M5S) será el partido más votado, la coalición de derecha obtendrá los mayores apoyos parlamentarios, pero ningún partido tendrá mayoría para gobernar en solitario. La […]
Dirigentes Digital
| 05 mar 2018
A falta de conocer los resultados electorales definitivos en Italia, que se publicarán a última hora de este lunes, las estimaciones preliminares permiten establecer tres conclusiones: el Movimiento 5 Estrellas (M5S) será el partido más votado, la coalición de derecha obtendrá los mayores apoyos parlamentarios, pero ningún partido tendrá mayoría para gobernar en solitario.
La mitad del voto escrutado permite conocer que han participado en los comicios un 73% de los 46 millones de italianos con derecho a voto, lo que supone una participación dos puntos por debajo de la de los comicios de 2013, en los que se impuso el Partido Democrático (PD), de centroizquierda, entonces dirigido por Pier Luigi Bersani.
Descalabros para Renzi y Berlusconi
Cinco años después, el panorama ha cambiado por completo. El PD, que presentó al ex primer ministro entre 2014 y diciembre de 2016, Matteo Renzi, ha pasado de la primera a la segunda posición, mientras que el M5S, tras la sustitución de su fundador Beppe Grillo por el joven Luigi di Maio, ha pasado de la tercera posición a ser el partido más votado del país, especialmente en el sur.
Mientras, en el seno de la coalición de derecha, también se ha producido un sorpasso, el del partido de extrema derecha Lega, anteriormente Liga Norte, que según las estimaciones se coloca como tercer partido más votado, con un 17,6% de votos, dos puntos por debajo del PD y más de tres puntos por encima de Forza Italia, el partido conservador del ex primer ministro Silvio Berlusconi.
Il Cavaliere, que había dado por sentado que su coalición con la Lega y con el partido neofascista Fratelli d’Italia (FdI) conseguiría la mayoría, finalmente se verá forzado a pactar con el centroizquierda del PD o los antiestablishment del M5S para volver a situar a su partido en el gobierno. Él mismo está descartado, tras ser inhabilitado por corrupción, tanto política como de menores.
De hecho, en caso de que la coalición de derecha hubiese conseguido mayoría, sería Matteo Salvini, el líder de la Lega, y no Antonio Tajani, candidato de última hora de Forza Italia, el futuro primer ministro, dado que Salvini y Berlusconi firmaron un acuerdo preelectoral por el que el partido más votado de la coalición se quedaría con la jefatura de gobierno.
Los resultados han caído como un jarro de agua fría en el PD, con la pérdida de feudos tradicionales como Emilia, sumada a los parcos resultados de sus socios. De hecho, el ex primer ministro Matteo Renzi ha dimitido como líder del PD, a pesar de su reeleción en el escaño uninominal de Florencia, de que su partido haya contenido el descalabro que auguraban las encuestas y de que podrían mantenerse en el poder dentro de una coalición.
Pactos: todas las posibilidades están abiertas
De hecho, los resultados electorales parciales permiten todo tipo de cábalas respecto al futuro gobierno de Italia, sin descartar incluso un adelanto electoral en caso de que no haya acuerdo. En principio, se da por sentado que el M5S tomará la iniciativa para buscar acuerdos de gobierno, aunque este movimiento basado en el asamblearismo online no ha querido o no ha podido cerrar ninguna coalición en sus nueve años de historia.
Sin embargo, la mayor parte de la prensa italiana y europea especula ahora con una posible coalición entre el M5S, anti-establishment y muy crítico con la Unión Europea, la Lega, un partido xenófobo y eurófobo, y los neofascistas del FdI. Nicola Mai, analista del fondo de inversión Pimco, ha calificado este posible pacto de “alianza euroescéptica“, aunque descarta que pueda llevarse a cabo.
Mai señala que será muy difícil conseguir respaldo para un gobierno 5 Estrellas-Liga, debido a que los votantes del M5S son mayoritariamente sureños y de ideologías diversas, mientras que los votantes de la Lega, un partido que hasta hace una década pedía la independencia de la Padania, proceden del norte del país y defienden un programa social radicalmente antieuropeo y antiinmigración.
La opción mejor considerada desde Bruselas sería la de un acuerdo entre el PD y los tres componentes de la coalición de derecha para mantener a los “antisistema” del M5S en la oposición, una posibilidad que pierde fuerza por que los números no suman una mayoría suficiente, de momento, y porque en la noche electoral Luigi di Maio ha apostado por intentar negociar primero con la izquierda.
Para el analista de Pimco, un acuerdo entre los que hasta ahora han sido los dos grandes partidos, PD y Forza Italia, es la opción más probable tras unas largas negociaciones, aunque destacando que, con un resultado tan abierto como el que arrojan las urnas italianas, la opción más segura es apostar por un adelanto electoral, un resultado que parecen anticipar las caídas en la bolsa de Milán y el repunte de la prima de riesgo italiana.
Una vez se conozcan los resultados definitivos, la decisión queda en manos del presidente de la República, el demócrata Sergio Matarella, que se prevé que otorgue prioridad para formar gobierno al candidato más votado, Luigi di Maio. Di Maio, que procede del neofascismo, se ha vendido durante la campaña electoral como un líder más moderado y pactista que Beppe Grillo, aunque sus decisiones deben ser ratificadas por sus seguidores.
Un programa de gobierno en incógnitas
En caso de que finalmente gobierne el Movimiento 5 Estrellas, su programa político es una incógnita. Durante la campaña, han defendido medidas contradictorias, como la aplicación de una renta mínima universal, la bajada generalizada de impuestos y la reducción de la deuda pública, actualmente en el 133% del PIB. Tres medidas de difícil encaje presupuestario, especialmente teniendo en cuenta las reglas comunitarias de reducción del déficit.
Esa ambigüedad ideológica, que el M5S cultiva desde sus inicios, les permite incluir propuestas conservadoras, como la limitación de entrada de inmigrantes y refugiados, junto a promesas tan progresistas como el refuerzo del Estado del Bienestar o la democracia participativa, apelando por igual a todo tipo de electorados, aunque obteniendo su mayor apoyo entre antiguos votantes de Berlusconi o de la Liga Norte.
Uno de los temas ausentes de su programa electoral que podría cobrar importancia cuando se inicien negociaciones para formar coalición de gobierno es la propuesta de un referéndum para que Italia abandone el euro, o incluso la UE, que desapareció de su argumentario en cuanto las encuestas les colocaron primeros, aunque podría recuperarse si se concreta un acercamiento respecto a la Lega.
En contra de las aspiraciones del Movimiento 5 Estrellas, está la criticada gestión de la alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, y las luchas internas que han dificultado la toma de decisiones internas. Sin embargo, la fragilidad de la recuperación económica transalpina, de la creación de empleo y de la productividad pondrán a prueba la capacidad del próximo gobierno italiano de hacer frente al estancamiento.