Noruega frente al hundimiento del petróleo

En enero de 2014, la media de tres meses de crecimiento anual de las exportaciones "continentales" (que excluyen crudo y gas offshore pero incluyen combustible vendido fuera de la parte continental) fue del 6,6%, y el equivalente para las exportaciones de petróleo y gas fue del 17%. En septiembre de este año, la mejora se ha reducido al 5,2% y a menos del 9%, respectivamente.

Pero la caída del "oro negro" no afecta sólo a las exportadoras de esta materia prima, pues, con dato de agosto sobre la mesa, la producción de maquinaria y equipos del país cayó un 8% en tasa interanual, mientras que la fabricación de barcos y plataformas petroleras se redujo en un 25%. E incluso aquellas industrias que no dependen del crudo sufren también una desaceleración en sus ventas al extranjero.

Y, al menos a corto plazo, la situación no apunta a una mejora, advierte Capital Economics. Las previsiones de la firma para el petróleo es que los precios se mantengan bajos al menos en el próximo par de años, pasando de los 47 dólares el barril de Brent a los 65 dólares a finales de 2017.

En este contexto, parece que "las autoridades van a depender del estímulo fiscal y monetaria para mantener la economía a flote". En concreto, esperan que el Norges Bank recorte sus tipos del 0,75% al 0,50%, probablemente en el segundo trimestre de 2016. Al mismo tiempo, señalan, en sus últimos Presupuestos, el Gobierno ha propuesto una serie de medidas, que incluyen una rebaja en el impuesto de sociedades, que equivaldría a un estímulo valorado en el 0,7% del PIB.

Sin embargo, a más largo plazo, Noruega deberá reequilibrar su economía y reducir su dependencia del petróleo y el gas. Estiman que el PIB repunte un 1,3% este año y el próximo, pero "para que el crecimiento se acelere sustancialmente" deberá mirar más allá del crudo.