La compañía andaluza no emite señales de confianza a los inversores en un momento decisivo para el futuro de la compañía. En pleno proceso de sacar adelante una ampliación de capital de 650 millones, el director financiero de su filial Yield ha presentado su dimisión sin más explicaciones que un hecho relevante a la CNMV estadounidense, donde cotiza sus títulos. Aunque la operación de la matriz es independiente de la matriz, la salida recuerda a la del anterior consejero delegado, Manuel Sánchez, que abandonó la compañía el pasado mes mayo, cuando las dudas todavía planeaban sobre la compañía tras reformular sus cuentas.
A principios de agosto, Abengoa no logró esquivar lo inevitable, realizar una macroampliación de 650 millones después de lanzar un profit warning y levantar nuevas dudas sobre el tamaño de la deuda. Desde entonces no hay noticias de la operación. Varios bancos internacionales como Bank of America Merrill Lynch, Citi y Société Générale han rechazado participar en la operación, que será coordinada por Lazard. Mientras las acciones sufren un duro castigo en bolsa, desde el anuncio ha perdido casi la mitad de su cotización. Para hacerse una idea de lo que se está alargando el proceso, OHL tardó cinco días en cerrar su ampliación en unas condiciones parecidas.
La familia Benjumea se está jugando perder el control de compañía. Varios fondos estadounidense que ya están en el accionariado han comunicado a la compañía que acudirán a la ampliación, BlackRock con 50 millones de euros de la emisión y también First Reserve, según informaba la agencia Reuters hace unas semanas. En los últimos días tanto el presidente, Felipe Benjumea, como el consejero delegado, Santiago Seage, han emprendido un road show por Estados Unidos y algunos países del Golfo para atraer a nuevos socios.