Y día a día vemos como los precios del crudo confirman su tendencia bajista. Aunque reconozco que la inercia podría revertirse a corto plazo, es de esperar que consoliden en niveles muy por debajo de los máximos recientes. ¿Qué cuál será ese nivel de consolidación? Sigo pensando en 60/70 dólares por barril. Pero, dejénme que […]
Dirigentes Digital
| 23 sep 2015
Y día a día vemos como los precios del crudo confirman su tendencia bajista. Aunque reconozco que la inercia podría revertirse a corto plazo, es de esperar que consoliden en niveles muy por debajo de los máximos recientes.
¿Qué cuál será ese nivel de consolidación? Sigo pensando en 60/70 dólares por barril. Pero, dejénme que confirmemos primero su suelo antes de aventurar la recuperación… ¿Una vuelta a la normalidad? Y el riesgo es que este suelo aún no se haya alcanzado.
Llegado a este punto (de incertidumbre sobre la evolución de los precios del crudo), todos pensamos en su potencial consecuencia sobre países como Rusia y Venezuela. Pero, ¿qué puede pasar con los países del Golfo? Al final, países con exceso de producción a los que, de alguna forma, se les hace responsables de la caída de los precios del crudo para ganar cuota de mercado con respecto al resto de competidores (a corto plazo) y con respecto a alternativas a medio y largo plazo a las fuentes energéticas fósiles.
Pero, ¿están preparados para soportar este ajuste de ingresos a corto plazo?.
A finales de diciembre el FMI publicó una pequeña nota resumen de un estudio más amplio centrado en los países del Consejo de Cooperación del Golfo (GCC – Bahrain, Kuwait, Oman, Qatar, Saudi Arabia, United Arab Emirates). Son países cuyo nivel de vida ha crecido con fuerza en las últimas décadas, empleando buena parte de los ingresos de la exportación de crudo en infraestructuras, salud y educación. Pero, ¿les ha permitido diversificar sus fuentes de crecimiento más allá de la venta de crudo? Sin duda se han hecho progresos. De cualquier forma, resultados muy limitados con las posibilidades y el margen de actuación que ha ofrecido el elevado precio alcanzado por el crudo en la última década.
Países como Malasia, Indonesia y especialmente en México han sido capaces de diversificar sus fuentes de producción más allá de la exportación de crudo. Sería también el caso de Chile, con respecto a los ingresos desde el cobre. Desarrollar mercados de exportación para otros productos y crear las condiciones para invertir en capacidad, con una elevada productividad, han sido claves para lograr esta independencia de los ingresos del petróleo. Esto pasa también por crear incentivos para la inversión privada, más allá del énfasis en muchos de estos países por trabajar dentro del sector público.
– Invertir en capacidad exportadora, comenzando por industrias intensivas en mano de obra y de baja tecnología
– Crear vínculos horizontales y verticales para estas industrias
– Usar el capital exterior para promover transferencias de tecnología
– Utilizar incentivos fiscales y mejora en la financiación, sobre la base de subsidiarias exportadoras, para favorecer a emprendedores
– Invertir en formación
Al final, estos países han invertido en infraestructuras y educación en un contexto favorable para la inversión empresarial. Pero, es evidente que todo esto no es suficiente. Y el mejor reflejo es precisamente el caso peso de las exportaciones, más allá de las de crudo.
José Luis Martínez Campuzano es estratega de Citi en España.