Por muchos lamentos que haya, el temido Brexit parece irreversible. Uno de los principales temores que tenían las autoridades británicas era el efecto que podía tener sobre las grandes empresas que tienen sus bases de operaciones en las grandes ciudades, principalmente en Londres. Muchos dirigentes advirtieron de que de producirse una victoria del Brexit estudiarían […]
Dirigentes Digital
| 04 jul 2016
Por muchos lamentos que haya, el temido Brexit parece irreversible. Uno de los principales temores que tenían las autoridades británicas era el efecto que podía tener sobre las grandes empresas que tienen sus bases de operaciones en las grandes ciudades, principalmente en Londres. Muchos dirigentes advirtieron de que de producirse una victoria del Brexit estudiarían trasladar sus sedes a otros países. Las consecuencias tendría un coste millonario y se perderían miles de puestos de trabajo.
El Gobierno de Cameron ya estimó que se podría perder hasta 400.000 empleos en el sector servicios, principalmente en los relacionados con servicios financieros y tecnológicos. Además, temía una caída en la recaudación fiscal al producirse la salida de importantes empresas, que dejarían de tener a Reino Unido como base de operaciones para el mercado europeo.
El ministro británico de Economía, George Osborne, ha anunciado que tras conocerse la evolución de la economía después del verano el Gobierno de Cameron planea un paquete de medidas para afrontar el desafío del Brexit. La medida estrella será un recortazo del Impuesto de Sociedades para retener a las compañías que valoran abandonar el país.
El Ejecutivo británico busca implantar una fiscalidad favorable para las grandes empresas para que les compense las ventajas de salir del mercado único. Aunque Osborne no ha querido entrar en muchos detalles, su gabinete estudia que el recorte sea superior a 5%, con lo que quedaría por debajo del 15%. Para el dirigente tiene que quedar claro que Reino Unido está abierto para los negocios y por ello competirá a la baja en costes fiscales.
Irlanda aplica una estrategia parecida y se ha convertido en un imán para las grandes multinacionales tecnológicas. Actualmente, su Impuesto de Sociedades se sitúa en el 12,5%, muy por debajo de la media de la Unión Europea y muy por debajo del de EEUU, del 39%, o Alemania, del 30%.
Irlanda se frota las manos
Dirigentes importantes del sector financiero, uno de los pilares estratégicos de la economía británica, ya han avisado que sacarán sus divisiones bancarias a otras zonas de Europa. Irlanda tiene el mismo atractivo estratégico que Reino Unido de convertirse en el puente entre la economía norteamericana y la europea. En Irlanda estaban ya instaladas las sedes europeas de compañía como Intel, HP, IBM, Microsoft y Apple, pero en los últimos años ha reclutado a nuevos gigantes que han elegido al tigre celta como base de operaciones para sus negocios europeos. Facebook, Google, LinkedIn, Amazon, Twitter, PayPal o eBay han elegido Dublín para radicar la matriz de la que dependen grandes mercados como el alemán o el español.
El Brexit anula el privilegio de ser el centro financiero de Europa al romperse las relaciones con el Viejo Continente. El consejero delegado de JP Morgan, Jaime Dimon, ha dicho que en caso de producirse una salida del Reino Unido al banco no le quedará más remedio que reorganizar la entidad y significará "menos empleo para Reino Unido y más trabajo en Europa". Las grandes entidades moverán sus estructuras a los mercados con más influencia.
En estos días JP Morgan, Citigroup, Bank of America o Morgan Stanley han deslizado que trasladarían sus bases operativas a Irlanda. Por su parte, Goldman Sachs ha apuntado a Holanda y HSBC ha sugerido que trasladaría sus oficinas a París. La británica Vodafone también ha anunciado que evalúa la medida.