Lo cierto es que a pesar de los tipos negativos que dominan buena parte del mercado, los bonos a escala global han rendido sobre un 3,3% en estos primeros meses del año, uno de los mejores según datos de Bank of America Merrill Lynch. Para los expertos, en este entorno la resistencia de la demanda […]
Dirigentes Digital
| 04 may 2016
Lo cierto es que a pesar de los tipos negativos que dominan buena parte del mercado, los bonos a escala global han rendido sobre un 3,3% en estos primeros meses del año, uno de los mejores según datos de Bank of America Merrill Lynch. Para los expertos, en este entorno la resistencia de la demanda es vital, ante el imparable aumento de la deuda que ha provocado muchas voces de alarma sobre una nueva burbuja a punto de estallar.
En la zona euro, un tercio de los bonos gubernamentales tiene tires negativas. En muchos países europeos, ha caído el conjunto de la curva de tipos. "Por ejemplo, la curva del Bund alemán se ha visto arrastrada hacia abajo por las compras mensuales de bonos del BCE, y la tir del Bund a 10 años se encuentra ahora en un mínimo histórico de tan solo el 0,22%", explicaban desde la gestora de la entidad en un reciente informe.
Tal y como indican desde NN IP, el crecimiento económico mundial se apoya en la capacidad de aguante de los MD ante la desaceleración en los ME. "En nuestra opinión, con rendimientos del Bund inferiores a 20 pb la relación rentabilidad/riesgo deja de justificar la inversión en el bono alemán", indican, recordando que "está bien claro que las fuerzas desinflacionarias parecen ir a más, generando expectativas de un menor número de subidas de tipos de interés en EEUU y de más relajación monetaria en la zona euro y Japón". Esta circunstancia debería impedir, a su juicio, que los rendimientos de la deuda pública se elevasen con fuerza.
Pero no todo está perdido. Desde JP Morgan consideran que es muy probable que las tires en los bonos investment grade no financieros bajen de manera acusada ahora que estos activos se han incluido en la lista de la compra del BCE. "Esto producirá ganancias de capital para los inversores en dichos bonos, pero también reducirá aún más la oferta de activos relativamente seguros que generan rentas positivas para los inversores", indican, advirtiendo que muchos se verán obligados a ampliar sus carteras para incluir activos más arriesgados o rebajar sus previsiones de rentabilidad, "probablemente ambas cosas".