En mi boletín del pasado mes de octubre, planteé el caso de que la economía argentina estuviera de nuevo en el buen camino tras la victoria de Cambiemos en las elecciones legislativas. Ahora, a medida que la recuperación económica se reduce, vemos oportunidades para los inversores con una adecuada tolerancia al riesgo para comprar en […]
Dirigentes Digital
| 26 feb 2018
En mi boletín del pasado mes de octubre, planteé el caso de que la economía argentina estuviera de nuevo en el buen camino tras la victoria de Cambiemos en las elecciones legislativas. Ahora, a medida que la recuperación económica se reduce, vemos oportunidades para los inversores con una adecuada tolerancia al riesgo para comprar en una etapa positiva del ciclo. El crecimiento, la desinflación y las reformas estructurales siguen siendo las prioridades del Presidente Mauricio Macri en 2018. En los tres frentes afronta desafíos, sin embargo, el tema de la desinflación atrajo la atención del mercado, ya que el objetivo de alcanzar una inflación del 5% para 2019 se ha retrasado hasta 2020. En cambio, se establecieron nuevos objetivos para 2018 y 2019, del 15% y del 10%, respectivamente. Primera lectura de la revisión La revisión del objetivo de la inflación se produjo después de una lectura mayor de la esperada en diciembre, que empujó la tasa de inflación anual del país hacia el 25%, superando con creces el objetivo de entre 12% y 17% para 2017. Además, el anuncio de la revisión por parte del ministro de economía en lugar del presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, planteó el aumento de las preocupaciones sobre la independencia del banco central, particularmente en un momento en el que su presidente tiene el desafío de restablecer la credibilidad de la institución. Si bien un recorte de tasas de 75 puntos básicos en enero reforzó las continuas preguntas sobre la futura dirección de la política monetaria en Argentina, el banco central buscó aclarar el movimiento en su declaración: “mientras que los datos muestran señales mixtas, el banco central considera que la posición restrictiva de la política monetaria actual sigue siendo algo alta1 ”. Aunque la decisión de posponer el objetivo de inflación del 5% a 2020 muestra el dilema de las autoridades de decidir entre generar crecimiento o desinflación, creemos que la batalla contra la inflación continuará a un ritmo gradual en los próximos meses sin comprometer la recuperación. En las últimas semanas, el banco central también anunció nuevos objetivos fiscales y una reducción de sus transferencias financieras al Tesoro (1,1% del PIB en 2018 y 0,5% en 2019). Con estas medidas, tomando al mercado por sorpresa, el peso argentino se debilitó un 6,4% frente al dólar, alcanzando un mínimo histórico el pasado mes de diciembre. El peso argentino también ha estado bajo presión, ya que estallaron violentas protestas en Buenos Aires después de que el Congreso adoptara una importante reforma en las pensiones. Si bien la reforma representa una gran victoria para Macri y confirma el compromiso del gobierno de reducir el déficit fiscal, de ahora en adelante, la agenda de reformas estructurales de la administración de Macri será esencial para atraer inversiones y apoyar el crecimiento sostenible. Por mucho que el mercado pueda apreciar un movimiento político el “big bang” del gobierno, en nuestra opinión Macri es sensato al tomar un enfoque más gradual y pragmático. Una camino hacia arriba, pero desigual, por delante Aunque, a largo plazo, Argentina tiene un buen potencial para crecer, es poco probable que el camino económico que se avecina sea fluido. Los inversores en este mercado deberían, por lo tanto, estar preparados para más datos mixtos, incluso a pesar de que la trayectoria general de crecimiento debería seguir siendo positiva. En concreto, Argentina se enfrenta a varios desafíos, incluida su gran dependencia del crédito externo, lo que implica que el país podría sufrir si los bancos centrales del mundo desarrollado endurecen sus políticas monetarias. En nuestra opinión, mientras los principales bancos centrales aumentarán gradualmente las tasas, creemos que la economía mundial continuará con la transición de un ciclo acomodaticio a una fase de normalización. Sin embargo, todavía no estamos en un entorno monetario duro. Si bien la desaceleración del crecimiento es claramente una preocupación para el gobierno, creemos que la desinflación va a seguir a un ritmo gradual en 2018. Desde el punto de vista de la inversión, todavía encontramos oportunidades interesantes en las tasas locales argentinas, especialmente en los bonos vinculados a la inflación y en la deuda variable debido a los altos rendimientos nominales y somos precavidos pero positivos con respecto al peso. Macri está abriendo Argentina a la inversión y su reciente victoria en las elecciones legislativas debería darle el margen necesario para seguir normalizando la economía. A diferencia de otros países emergentes como Brasil y México, no habrá elecciones en Argentina en 2018 lo que debería ayudar a la administración a aprobar reformas cruciales. Creemos que la administración de Macri está avanzando en la transformación del país y en la atracción de inversiones, un proceso que podría culminar en la inclusión de Argentina en el índice MSCI Emerging Markets este año.