Ox’s, que abrió sus puertas en 1985, afronta una nueva década de andadura dispuesto a seguir al pie del cañón por otros 30 años más. Se trata de uno de los pocos templos de la cocina vasco-navarra que aún quedan en Madrid, de un referente indiscutible en verduras (su menestra es la de los años […]
Dirigentes Digital
| 20 jul 2016
Ox’s, que abrió sus puertas en 1985, afronta una nueva década de andadura dispuesto a seguir al pie del cañón por otros 30 años más. Se trata de uno de los pocos templos de la cocina vasco-navarra que aún quedan en Madrid, de un referente indiscutible en verduras (su menestra es la de los años dorados de Zalacaín) y, desde ahora, de un lugar donde picar al aire libre a cualquier hora del día.
Y es que este histórico comedor inauguró una coqueta terraza aclimatada en la que disfrutar de una nueva carta de pintxos fríos y calientes o de cualquiera de los platos de la carta principal en raciones enteras o en media ración. Un formato disponible tanto fuera como en dentro del comedor que permite al nuevo público descubrir la cocina honesta de uno de los grandes de la capital.
Ubicado en una de las zonas de mayor peso gastronómico de Madrid tanto por la variedad como por la calidad de su oferta, junto al remodelado Eurobuilding y muy cerca del Bernabéu, Ox’s es el proyecto personal del cocinero Jose Ignacio Urdiaín (sobrino del que fuera durante 32 años jefe de cocina en Zalacaín, Benjamín Urdiaín) y su mujer Mila López, ambos de origen navarro y con amplia trayectoria en la hostelería tradicional.
Por separado, él trabajó en el Zalacaín de las tres estrellas durante siete años y ella en Orio, mientras que juntos coincidieron en El Frontón y en la Fonda Urbasa de los Oyarbide en Navarra. Él en los fogones y ella en la sala son un tándem imparable que lleva 30 años mimando a su clientela con esa pasión por el oficio y por el producto, esas ganas de agradar y ese saber hacer y atender propios de la vieja escuela.
Fuera de carta
El nombre del restaurante, que significa buey en inglés, hace referencia a sus orígenes, ya que abrió como un moderno asador que quiso ir más allá de la clásica oferta de chuletón y ensalada incorporando verduras y platos fuera de carta, una opción que hoy sigue representando el 25 % de su propuesta diaria.
Su apellido, Urdiaín, advierte sin embargo que poco a poco se fue convirtiendo en mucho más que un asador: un reflejo irreprochable de la mejor gastronomía navarra en la capital.
En su carta hay inamovibles a petición del cliente como la chistorra frita, la sopa de pescado (que bordan), el arroz con almejas, unas ya icónicas albóndigas de ternera (que suelen servir como aperitivo), los pimientos del piquillo rellenos de bacalao, la merluza en diferentes maneras (a la romana, en salsa verde, langostada o cogote con refrito de ajo y cayena) y, por supuesto, el chuletón de buey.
Aunque la estrella de la casa son las verduras ("el 80% de los clientes vienen por ellas") que no están escritas sino que se cantan a diario y varían según la temporada: hay alcachofas de octubre a junio, cardo en los meses de más frio, pochas entre julio y septiembre y, ahora que llega la primavera, espárragos blancos y perrichicos que se preparan en revuelto, como guarnición de la merluza o en calabacines rellenos. Y siempre, aunque varíe el contenido, hay menestra de verduras naturales, tiernas y bien ligadas con una salsa ligera.
En Ox´s todo, hasta el pan, es 100% casero. Por eso nadie se salta los finales entre los que destacan la cuajada, el arroz con leche, las natillas, el helado de queso, la torrija en cuaresma y, como acompañamiento al café, una gran teja de almendras.