En un lugar privilegiado entre los países más competitivos de América Latina, Panamá es también la economía “más sana” de la región, de acuerdo con el Índice Global de Competitividad (GCI) y el Índice de Desarrollo Inclusivo (IDI), ambas mediciones del Foro Económico Mundial (WEF). Asociada por décadas con el comercio internacional por su famoso […]
Dirigentes Digital
| 06 mar 2018
En un lugar privilegiado entre los países más competitivos de América Latina, Panamá es también la economía “más sana” de la región, de acuerdo con el Índice Global de Competitividad (GCI) y el Índice de Desarrollo Inclusivo (IDI), ambas mediciones del Foro Económico Mundial (WEF). Asociada por décadas con el comercio internacional por su famoso Canal, esa república centroamericana se encamina también a cumplir este año el vaticinio del Banco Mundial, según el cual será el país que más crecerá en la región (5,6%) gracias a inversiones en infraestructura y exportación de servicios. “En los últimos cinco años, algunos países han avanzado hacia un mayor crecimiento económico y una mayor inclusión social”, contextualiza Abigail Orús Gallego, investigadora de Statista, al destacar que Panamá tuvo -entre 2012 y 2016- el mayor crecimiento medio en la región: 4,8%. Más infografías en Statista La perspectiva para 2018 está relacionada también con el hecho de que Panamá, puerta de acceso para China en América Latina, ha sido el primer país americano en adherir oficialmente a la Nueva Ruta de la Seda, como informó DIRIGENTES en febrero desde la corresponsalía en Asia. Desarrollo con inclusión El IDI es una iniciativa “para favorecer el progreso económico sostenido e inclusivo mediante una cooperación público-privada”, explica el WEF, que sugiere a las naciones “acelerar el impacto social a través de la acción corporativa”. Para elaborar ese índice, los analistas miden 11 dimensiones económicas a través de tres pilares: a) crecimiento y desarrollo; b) inclusión y c) equidad intergeneracional. El resultado es una calificación entre 1 y 7, en la que 1 es peor y 7 mejor. Con una nota de 4,54 en la edición 2018, Panamá ocupa el sexto puesto de los países emergentes (el primero es Lituania, con 4,86) y el primero de Latinoamérica. Entre los top ten emergentes sólo aparecen otros dos latinoamericanos, Uruguay y Chile (con 4,46 y 4,44, respectivamente). Progreso lento y desigual Las grandes economías del continente, México y Brasil, están en los lejanos puestos 24 y 37 (con 4,12 y 3,93, respectivamente), mientras que el primer lugar mundial es el de Noruega (6,08) y el último de Mozambique (2,47). “La lentitud del progreso en los niveles de vida y la ampliación de la desigualdad han contribuido a la polarización política y la erosión social”, argumenta el WEF, que creó el IDI para medir el bienestar de 103 naciones como un complemento a los números tradicionales del PIB.