Después de negar durante todo 2014, año de elecciones, que existiera la posibilidad de un racionamiento de agua, el Gobierno de São Paulo ha debido de admitir ahora, ante el inminente agotamiento de sus reservas, la posibilidad de reducir drásticamente la provisión. "El cálculo es de dos días con agua y cinco sin agua", dijo […]
Dirigentes Digital
| 01 feb 2015
Después de negar durante todo 2014, año de elecciones, que existiera la posibilidad de un racionamiento de agua, el Gobierno de São Paulo ha debido de admitir ahora, ante el inminente agotamiento de sus reservas, la posibilidad de reducir drásticamente la provisión.
"El cálculo es de dos días con agua y cinco sin agua", dijo el 27 de enero de 2015 Paulo Yoshimoto, director de la Compañía de Saneamiento del Estado de São Paulo (Sabesp), responsable por el sistema que abastece a la región metropolitana del mismo nombre.
La declaración provocó, además de inquietud en la población y en la industria, la inmediata caída de un 20% de las acciones de la compañía, cuyos papeles acumulan pérdidas de más del 40% en los últimos 12 meses.
Irrigación y sequía
La zona afectada, el Gran São Paulo, es la mayor región metropolitana de Brasil y donde se concentra el 34% del PIB brasileño. Sus más de 20 millones de habitantes son abastecidos por ocho sistemas hídricos naturales.
Tres de estos (Cantareira, Guarapiranga y Alto Tietê) presentan el cuadro más crítico, pues sus reservas (que atienden al 75% de esa población) están en cerca del 5% de su capacidad debido a un alto consumo y a una estación de lluvias escasas.
La restricción en el servicio busca "evitar quedarnos sin agua para distribuir", dijo el funcionario de Sabesp al inaugurar, junto al recientemente reelecto gobernador del estado, Geraldo Alckmin, una obra para aumentar el volumen en el tercer sistema (Alto Tietê).
Lluvias y multas
El mismo día del anuncio del racionamiento, el alcalde de São Paulo, Fernando Haddad (de partido diferente al del gobernador), se reunió con alcaldes metropolitanos para impulsar una multa que podría llegar a 400 dólares para quien desperdicie agua.
"No hemos tomado aún ninguna decisión al respecto ni tampoco sobre cuándo comenzaría (el racionamiento), pero tenemos que estar preparados para lo peor", dijo por su parte el presidente de la compañía, Jerson Kelman.
La medida se ejecutará en el caso de que las reservas caigan a menos del 3%. Ese nivel depende de las lluvias, que en la actual temporada (que va hasta fin de marzo) son inferiores a la mitad de la media histórica.
Usuarios de diversas regiones de la ciudad relatan, no obstante, que vienen sufriendo cortes o reducción en la presión del agua de hasta 18 horas por día desde hace al menos dos meses.
Energía y producción
La preocupación también llega al sector productivo ya que los cortes podrán implicar suspensiones de la actividad industrial en virtud de que la energía mayormente utilizada es la hidroeléctrica.
Aunque aún se espera "una ayudita de San Pedro", el consorcio de cuencas de ríos PCJ advirtió que municipios, empresas y población "deben reservar agua pues la sequía de este año puede ser peor que la de 2014".
"Incentivamos a la población a que construyan cisternas y reservatorios para almacenar agua de lluvia", dijo la gerente técnica de ese consorcio, Andréa Borges, tras una reunión con representantes de 43 municipios el mismo día del anuncio de los cortes.
"La situación es difícil, pero no hay que desesperarse. Si llegamos a racionar el agua, le avisaremos a todo el mundo con suficiente antelación para prepararse, no será de la noche a la mañana", dijo el secretario de Recursos Hídricos, Benedito Braga, que espera las lluvias de febrero para tomar una posición más firme.
Dólares al sol
Desde 1995 (cuando el Partido de la Social Democracia Brasileña obtuvo la gobernación que retiene hasta hoy), el Gobierno de São Paulo y Sabesp invirtieron más de 3.500 millones de dólares en obras para ampliar el suministro de agua en la región metropolitana.
Un año atrás, el 19 de marzo, el actual gobernador (que cumple su tercer mandato) anunciaba la integración del primer sistema (Cantareira) a una cuenca regional para ese propósito, afirmando que ello era "una medida inteligente para garantizar el suministro de agua en la macrometrópolis paulista".
El ejecutivo apuesta también por otra obra de gran envergadura para asegurar el abastecimiento. Es el nuevo sistema São Lourenço, diseñado para atender a 1,5 millones en el oeste de la región.
Por ahora, sin embargo, esa obra (así como toda la estructura de captación pluvial) sólo acumula tórridas temperaturas en este que, además, se perfila como el más caliente de los veranos australes.