El año pasado se desarrolló una historia a través de la cual todas las economías desarrolladas lograron un crecimiento en gran parte sincronizado. Se empezaron a gestar los cimientos de los que ahora mismo vivimos. En 2018, por el contrario, florecieron preocupaciones sobre cómo esta buena sintonía podía desaparecer. Así ha sido de manera reiterada […]
Dirigentes Digital
| 12 jun 2018
El año pasado se desarrolló una historia a través de la cual todas las economías desarrolladas lograron un crecimiento en gran parte sincronizado. Se empezaron a gestar los cimientos de los que ahora mismo vivimos. En 2018, por el contrario, florecieron preocupaciones sobre cómo esta buena sintonía podía desaparecer. Así ha sido de manera reiterada hasta llegar a nuestros días, donde nos hallamos ante el ecuador. ¿Qué puede pasar a continuación y cómo puede reflejarse en los mercados de renta variable y renta fija? Existen muchos cantos de sirena sobre que se va a producir una moderación generalizada del crecimiento de las economías más importantes. La incertidumbre se traslada a las compañías y, por ende, a su cotización. Desde el punto de vista de Mike Buhl-Nielsen, gestor del fondo Jupiter Europa, Jupiter AM, esta relajación en el ritmo de crecen parece “poco probable que se traslade severamente a los beneficios de las compañías”. A consecuencia de ello, la mayoría de los expertos consideran que las políticas acomodaticias continuarán en liza durante algún tiempo. Stefan Hofrichter, economista jefe de Allianz GI, explica que eso debería seguir garantizando la inversión “en activos con mayor exposición al riesgo”, aunque controlando su peso dentro de la cartera. Principalmente, porque como también añadía Buhl-Nielsen, la única mosca que tenemos detrás de la oreja es el repunte de la inflación. Los signos de complacencia del mercado y la creciente incertidumbre política son posibles vientos en contra de los mercados, en el futuro más inmediato. En contraste, los gestores optan por encontrar oportunidades a más largo plazo, aprovechando el clima de confusión. De hecho, Hofrichter, estima que el rendimiento de la renta variable mundial sea ligeramente inferior al promedio a largo plazo “con diferencias significativas entre los mercados”. De igual manera se manifiesta Alfredo Álvarez-Pickman, Fund Manager & Chief Economist de Key Capital Investment, que cree que la mejor baza para generar riqueza a largo plazo es construir una cartera de acciones de empresas de “alta calidad”. Tal y como describe, las mayores oportunidades de inversión casi siempre “surgen de la incertidumbre”. Del mismo modo, los colapsos del mercado casi siempre nacen de la confianza y la euforia. Y es que los mercados alcanzan su punto máximo cuando los inversores sienten confianza en la economía, están impresionados por las recientes ganancias del mercado y se sienten reconfortados por la percepción de seguridad y resistencia que sigue a un largo avance del mercado. Asimismo, tocan fondo cuando los inversores tienen miedo de la economía, están aterrorizados por las recientes pérdidas del mercado y están paralizados por la percepción de riesgo y fragilidad que sigue a un declive prolongado del mercado. Es en este último caso cuando surgen las mejores oportunidades de inversión, como el momento actual, como sostiene Álvarez-Pickman. Con estos mimbres la caza de valor es la principal estrategia de los expertos. Buhl-Nielsen explica que todavía hay un gran valor fundamental en las acciones europeas, porque “la prima de riesgo aún es bastante alta, y que la estrategia de opciones de venta larga neta debería ayudarnos a medida que tratamos de mitigar los reintegros”. En términos relativos, Europa es un lugar racional para invertir porque “está rezagado respecto de la Reserva Federal en términos de ajuste cuantitativo”. Hay valor, sí, pero teniendo en cuenta las dificultades. Para Roberto Berzal, Sales Trader de Orey iTrade, los que desean asumir riesgo dentro de la bolsa española ven oportunidades de inversión “en el sector financiero y el inmobiliario”. Los dos son sectores muy cíclicos y muy ligados a la salud de la economía española, la cual está funcionando muy bien, con un crecimiento esperado del 3%. También, analiza, porque “hay liquidez en el mercado, los tipos de interés están bajos (lo que favorece al sector inmobiliario), pero no tardarán en subir -lo que es positivo para las financieras”. Si quiere seguir leyendo el reportaje suscríbase a la revista Dirigentes