Esta decisión "fue causada por la presentación por Toshiba de su plan de reformas y de sus previsiones financieras para el ejercicio que termina el 31 de marzo 2016", explicó Masako Kuwahara, un vicepresidente de Moody’s, en un comunicado. La acción de Toshiba se han hundido un 12,28% este martes en la bolsa de Tokio, […]
Dirigentes Digital
| 22 dic 2015
Esta decisión "fue causada por la presentación por Toshiba de su plan de reformas y de sus previsiones financieras para el ejercicio que termina el 31 de marzo 2016", explicó Masako Kuwahara, un vicepresidente de Moody’s, en un comunicado.
La acción de Toshiba se han hundido un 12,28% este martes en la bolsa de Tokio, tras haber perdido ya un 9,80% el lunes. Concretamente, desde el mes de abril, cuando se revelaron las irregularidades financieras del grupo, la acción de Toshiba ha perdido un 56%. Esto supone más de la mitad del valor del gigante de la tecnología, que según anunció hace apenas unos días, llevará a cabo un estricto plan de reestructuración para intentar mantenerse a flote.
La compañía prevé unas pérdidas anuales récord de 4.500 millones de dólares. También se prevé la supresión, de aquí a finales de marzo de 2016, de 6.800 puestos de trabajo en su división Estilo de Vida, la más importante de la empresa hasta ahora, que fabrica productos electrónicos y electrodomésticos, así como de 1.000 empleos administrativos. Toshiba, que tiene una plantilla mundial de 200.000 efectivos, ya había anunciado previamente un recorte de 2.800 puestos de trabajo de su división de chips de memoria.
Cuando el fraude saltó a la primera plana de la prensa internacional, comenzó la desintegración de Toshiba. Tras los primeros despidos, comenzó la venta de varias divisiones de la empresa. Pero las malas noticias no cesan y las autoridades niponas han confirmado que multarán a Toshiba por su fraude. En concreto la sanción podría alcanzar los 54 millones de euros y, aunque pueda parecer una cantidad menor para una gran multinacional, no hay que perder de vista que se trata de más de la mitad del beneficio neto declarado por la compañía el año pasado, después de falsear sus cuentas. La siguiente entrega de este laberinto sin salida es que un grupo de pequeños accionistas de la corporación han decidido demandar a la misma y a sus antiguos directivos por el efecto que el fraude contable ha tenido en sus inversiones.
El problema es que ahora Toshiba tiene que hacer frente, simultáneamente, a un mercado con una muy baja confianza en la multinacional, a la necesidad de una completa reestructuración (con miles de despidos), a las sanciones ya existentes y las que están por llegar.