Telefónica, que ya posee un 44% de Digital+, acordó en mayo la compra del resto del operador de televisión de pago en manos de su fundador, el grupo de medios Prisa. Sin embargo, según informar Reuters, ahora es el regulador quien tiene la última palabra en esta operación, y parece que no se va a […]
Dirigentes Digital
| 14 nov 2014
Telefónica, que ya posee un 44% de Digital+, acordó en mayo la compra del resto del operador de televisión de pago en manos de su fundador, el grupo de medios Prisa. Sin embargo, según informar Reuters, ahora es el regulador quien tiene la última palabra en esta operación, y parece que no se va a quedar callado.
De aprobar la oferta, Telefónica, que ya domina el mercado de las telecomunicaciones en nuestro país, pasaría a disponer del 100% del capital social de DTS, y a dominar también el sector de la televisión de pago en España, con unos 3 millones de clientes y una cuota de mercado superior al 60%.
Lo más destacable es que si ejecuta la operación de compra, DTS dejaría de ser el principal competidor de Telefónica en el mercado español de televisión de pago, así como en la adquisición de contenidos audiovisuales. Telefónica pasaría entonces a disponer de una cuota de mercado, tanto en términos de clientes como de ingresos, que podría darle una posición competitiva irreplicable en el mercado de televisión de pago y en la adquisición de contenidos audiovisuales.
Además, tras la operación de concentración, los servicios de televisión de pago de DTS podrían pasar a empaquetarse con los servicio de comunicaciones electrónicas de Telefónica y ésta podría dejar de ofrecer algunos de sus canales de televisión de pago a terceros competidores que ahora los adquieren.
Por último, la mayor fortaleza de Telefónica en el mercado de televisión de pago y en la adquisición de contenidos audiovisuales que genera la operación podría reforzar la posición de este operador en los mercados de comunicaciones fijas y móviles. En este sentido, este refortalecimiento se podría ver propiciado por la creciente importancia de las ofertas convergentes, que incluyen televisión de pago y que otras operadoras no pueden ofrecer. Por otro lado, la compañía de telecomunicaciones también se vería beneficiada por el carácter estratégico que tiene los contenidos audiovisuales de cara a la captación de clientes en las redes de navegación fijas (fibra) y móviles (4G).
¿A quién perjudica la compra? Esta se ha convertido en la pregunta obligada, si tenemos en cuenta que la operación afectaría directamente tanto a clientes de Canal+, como de Telefónica, y también a usuarios indecisos que están abiertos a cambiar de compañía.
Centrándonos en el usuario general, esta compra le afectaría de dos maneras totalmente diferentes, una positiva, y una negativa. Para los clientes o futuros clientes de Telefónica, la consolidación de la operación sería muy buena noticia, ya que la operadora podría ofrecerles tanto servicio de telefonía, como televisión de pago, en una misma factura y con su oferta correspondiente. Sin embargo, para el resto de compañías de telecomunicaciones y para sus respectivos clientes, así como los usuarios de Canal+ y de otros servicios de televisión de pago, la confirmación de la compra supondría todo lo contrario. Telefónica se quedaría como empresa dominante en ambos sectores, y el resto de ofertas no podrían igualar a las que lanza la operadora. Además, para los clientes se disminuiría considerablemente la posibilidad de elegir que plataforma de televisión ver.